🌴 Llegada al Palm Woods 🌴

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En cuanto a Tori, y acababa de bajarse del coche junto a su hermana Trina.
—¡Gracias, papá! —dijo Tori.
El vehículo arrancó y se fue, dejando a las dos hermanas en frente del Palm Woods.
—¡Vamos! ¡No puedo esperar! —anunció Trina emocionada y echó a correr.
Pero antes de que pudiera hacer nada, Tori le agarró del brazo.
—Espera, no tan rápido —le dijo tirando de ella.
—¡Pero bueno! ¿Qué haces? ¿Tienes idea de la cantidad de oportunidades para hacerme famosa me esperan ahí dentro?
—¿Y tú tienes idea del lío en el que podemos meternos si molestas, persigues o secuestras a cualquier famoso para tus propósitos?
—¿Qué? ¿Pero qué dices? ¿Cómo iba a-?
—Ibas a hacerlo.
—Vale, puede...
Tori suspiró.
—Trina, no hemos venido aquí para que nos metan en un centro de menores. Solo estamos de visita. Compórtate como tal, ¿quieres?
—Sí, mamá... —respondió Trina poniendo los ojos en blanco.
—Bien -finalizó Tori y se dirigió a la entrada del hotel.
—Pero James Diamond es mío —le advirtió Trina siguiéndola.
—Pues vale. Ni siquiera lo conozco -aceptó sin importancia y abrió las puertas.
Esa respuesta hizo que a su hermana le atacasen los nervios y empezó a soltarle un discurso sobre lo increíble que le parecía que conociese a sus ídolos.
—¿Cómo que no sabes quién es James Diamond? ¡Es el tío más cañón de los big time! ¡Fue el que me contestó al comentario que le hice en Splashface! ¿Es que no lo recuerdas?
Pero Tori la ignoraba.
—Sí, lo que tú digas...
—¡Disculpen, señoritas!
Un tipo con gafas y algo rellenito las llamaba desde su puesto de dirigente.
—Oh, ¡ese debe ser el Sr. Bitters! —pedrijo Tori.
Ambas se aproximaron hacia él.
—Hola, ¿qué les trae por aquí a estas bellas damas? —preguntó.
—Hola, soy Tori Vega —se presentó y le extendió la mano—,y ella es mi hermana Trina.
—Ah, sí. Tú eres la aspirante a cantante solista, ¿no es así?
—Sí, así es.
—Bien, espera un segundo, te daré las llaves de tu apartamento —le indicó agachándose.
—No, no hace falta. Solo estamos de visita —le detuvo Tori.
Esa no era la respuesta que esperaba oír Trina de su hermana.
—Tía, ¿tú has visto este hotel? —musitó.
—Trina, haz el favor de tener los pies en la tierra, ¡y este es mi sueño, no el tuyo! —respondió su hermana en el mismo tono.
Entonces, Bitters se levantó.
—¿Cómo dices?
—No vamos a alojarnos en el hotel, solo estamos de visita —le aclaró Tori.
—¡Ah! En ese caso necesitaréis una guía.
Justo en ese momento, Katie, que pasaba por allí de camino a la piscina, le encendió la bombilla al gerente.
—Katie, tú les enseñarás el hotel —le ordenó.
Paralizada por la orden, dejó caer el bolso y los churros de golpe.
—Bitters, iba a darme un chapuzón en la piscina.
Aprovechando que las hermanas estaban vueltas hacia la chica, el gerente sacó unos billetes y los agitó en el aire. Era su mayor debilidad y éste la conocía muy bien, pues Katie no pudo resistirse a arrancarle la pasta de los dedos.
—Trae, y que no te sirva de precedente —dijo guardando el dinero en el bolsillo—. Bien, chicas. Estoy a vuestro servicio.
—Guay, ¿qué nos vas a enseñar primero? —consultó Tori.
—La piscina. Ahora veréis por qué quería darme un chapuzón —respondió.
Ambas hermanas asintieron y fueron tras su guía. Mientras tanto, Logan observaba la máquina expendedora de arriba a abajo.
—A ver qué tenemos por aquí...
Lo que no se esperaba, era que Carlos se aproximaba sigilosamente por detrás suya con las garras sacadas para darle un toque más terrorífico a su disfraz, y por el bien de su amigo, claro, y le dio con el dedo en el hombro. Cuando Logan se giró, no supo cómo seguía con vida.
—¡Ah! ¡Un payaso! —chilló y echó a correr.
—¡Pero Logan! —exclamó inaudito y se fue tras él.

***

Para entonces, Tori, Trina y Katie ya estaban disfrutando del ambiente veraniego de la piscina del Palm Woods.
—Bueno, ahora ya sabéis por qué este es mi lugar favorito.
Waterpolo, parejas que compartían batidos de fresa, y el preferido de Trina, leer revistas de cotilleos bajo los rayos del Sol, eran los pasatiempos de las jóvenes futuras estrellas de aquel lugar. Las chicas se quedaron impresionadas.
—¡Qué chulo! —opinó Tori.
—Bastante, pero ten cuidado cuando estén mi hermano y sus amigos cerca. Son buena gente, pero a veces la lían parda—le aconsejó Katie.
—No te preocupes, lo tendré en cuenta —aseguró Tori enseñando el dedo pulgar.
—Bien, prosigamos —ordenó Katie con un gesto.
Pero al ver que su hermana no estaba a su lado, empezó a mirar a todas partes inquieta.
—¡Eh! ¿Y Trina?
—¡Estoy aquí!
Su voz procedía del bordillo de la piscina, dos o tres escalones más abajo de donde ellas se situaban, tras los arbustos de pega.
La encontraron en una tumbona tendida con un bikini puesto leyendo una revista mientras tomaba el Sol.
—Voy a quedarme aquí un ratito. Quiero que cuando llegue al Hollywood Arts pueda presumir de un auténtico bronceadonatural —anunció ella con los ojos pegados a la revista—. Seguid sin mí, ya os alcanzaré.
—Vale, pero no te metas en líos—le avisó su Tori, que no se fiaba ni un pelo de ella.
—Sí, mamá... —respondió Trina pasando de página.
Katie arqueó una ceja.
—Hermana menor que le manda a la hermana mayor. No te preocupes, estamos en el mismo barco —comentó y le dio unos golpecillos en el hombro—. Ven, te voy a enseñar el parque.
Tori se fue tras su guía, que no quitaba el ojo a su hermana de haberla dejado sola. Al final no pudo hacer más que cruzar los dedos.
Nada más salir del sitio, pasaron Logan y Carlos corriendo a toda velocidad por delante de Trina.
—¡Fuera, payaso, fuera! —gritó Logan envuelto en pánico.
—¡Logan, espera!—le exigió Carlos.
Tras esto, Trina se quitó las gafas de Sol, a cuadros.
—¡Vaya! ¡Pues sí que la lían los amigos de Katie! —exclamó.

Big Time Victorious [THE CROSSOVER]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora