☕ La apuesta ☕

748 41 0
                                    

Según uno de los psicólogos favoritos de Logan, "la paz no se encuentra huyendo de los miedos", pues aunque él no quiera dedicarse a esa profesión, le gusta adquirir conocimientos de todo lo relacionado con las matemáticas. Sin embargo, por lo visto, sólo tiene cabeza para los números.
—¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos! —gritó pulsando el botón del ascensor violentamente.
¡Ding! Las puertas al fin se abrieron. A Logan le faltó tiempo para entrar.
—Uf... —suspiró deslizándose pegado a la pared mientras el aparato se cerraba.
Pero todavía no había terminado...
—¡Te pillé!
Logan alzó la cabeza: ¡El payaso estaba sujeto al techo!
—¡Ah! —gritó y entonces, bajó de un salto.
Logan cayó al suelo de rodillas con los dedos entrelazados.
—¡Por favor! ¡Ten piedad! ¡Tengo que grabar otro álbum con mi grupo y sacarme el doctorado antes de morir! —suplicó.
—¿Qué? ¿De qué hablas, tío? —preguntó y se quitó la máscara—: ¡Soy yo, Carlos!
Fue más que suficiente para que le diera un infarto al pobre chico: sus ojos estaban a punto de estallar de tanto que los abrió y tartamudeaba sin control. Pero a Carlos, que conocía a su amigo como la palma de su mano, no le sorprendió.
—He intentado decírtelo, pero se te fue la olla y echaste a correr —explicó. Al menos, consiguió que Logan recuperase el control de su boca y se callara—. Por cierto, ¿has pensado en apuntarte a una maratón?
—¡¿Qué?! ¿P-p-p-p-p-por qué? —estalló.
—Bueno, cuando me he acercado a ti, has salido más disparado que un disco golpeado por Wayne Gretzky y he pensado que a lo mejor-
—¡Me refería a lo del payaso, bobo! —le interrumpió.
—¡Ah, eso! —rió—. Quería que superases tu miedo.
Logan lo miró atónito.
—¡No me mires así! Estaba aburrido, no tenía nada que hacer y se me ocurrió que el Dr. Quita-Miedos podría ayudar a su amigo a superar su miedo —explicó. A continuación, se colocó de nuevo la careta y sacó las garras rugiendo: "¡Arg!"
—Vale, lo primero, el título de doctor es mío —declaró. Carlos se quitó la máscara para mostrarle lo triste que estaba—. Y lo segundo, ¡¿qué entiendes tú por quitar-miedos?!
—¡Pues mira! ¡Al menos yo he superado el mío!
En su defensa, Logan le arrancó su casco de hockey, que lo llevaba colgado del cinturón de su pantalón.
—¡Eh! ¿Qué haces?
—Vamos a hacer un trato —anunció rodando el objeto con un solo dedo—: Si me demuestras que sí que eres capaz de estar sin tu casco de hockey, te dejaré que me ayudes a superar mi miedo.
—¿O si no, qué? ¿Eh?
—O si no, te morirás de aburrimiento el resto de tus días libres —respondió con voz tenebrosa.
¡Ding! Las puertas se abrieron.
—No te tengo miedo. El Dr. Quita-Miedos va a hacer que muerdas el polvo —aseguró con voz desafiante.
—¿Si? Pues haber cuánto duras sin tu... —se burló haciendo círculos con el casco en frente de su cara. Carlos los siguió con los ojos temblando como un flan. Entonces, Logan se lo llevó de golpe a su pecho—. Casco.
Salió del ascensor usándolo como pelota de baloncesto. Se giró sobre sus talones y le dedicó una sonrisa de oreja a oreja antes de que se cerraran las puertas.
—Mi... Casco... —sollozó con la mano en el pecho.

***

Cuando Logan entró en el apartamento 2J, encontró a Katie peleando con los botones de la videoconsola.
—¡Eh! ¿Qué haces? —preguntó y se sentó en el sofá.
—Intento batir el récord de una chica que he conocido esta mañana —respondió mordiéndose la lengua.
—¡Chica nueva! ¡Mola! —comentó lanzando y atrapando el casco—. ¿Y Kendall?
—Aquí.
El mencionado apareció por detrás de la encimera de la cocina. Llevaba un gorro de chef y un delantal blanco. Bueno, o lo era antes de bañarse en cacao en polvo.
—Voy a arrepentirme de esto, pero, ¿qué pasa aquí?
—Pasa que... —dijo sacando una bandeja con dos tazas de chocolate encima desde debajo de la encimera—. Llegas justo a tiempo para el chocolate.
—No, lo que pasa es que está celoso de Tori y quiere demostrarme que es mejor que ella —aclaró Katie dirigiéndose al taburete de la cocina y se sentó. Logan hizo lo mismo.
—¿Tori? ¿Así se llama la chica nueva?
—¡No estoy celoso! —se mosqueó Kendall y colocó de golpe la bandeja en la encimera—. Y no es, mejor que yo.
—¡Ala! ¿Y sabe hacer chocolate? ¡Qué generosa por su parte! —opinó Logan.
Kendall le lanzó una mirada de "gracias por tu ayuda".
—¡No lo sabes tú bien! —se entusiasmó Katie—. Antes me ha ganado cuatro veces seguidas a una partida y también me ha-
—¡Pero yo soy más generoso que ella! —la interrumpió entre dientes—. He hecho una taza de más para mí, pero te la doy a ti por ser mi amigo.
Logan miro la taza y trago saliva. Otra vez le picó el bicho del miedo.
—Y ahora, buen provecho —les deseó con una cara de psicópata.
Los dos se llevaron la taza a los labios intimidados por la ansiosa e inquietante mirada del anfitrión. Bebieron un sorbo. Después, sus ojos se hincharon como globos y empezaron a toser.
—Vale, me alegro de no haberlo probado —se sorprendió Kendall y se llevo las manos a la cara.

Big Time Victorious [THE CROSSOVER]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora