Parte 10: Can you hear me?

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Consultó la hora al reloj que llevaba en su muñeca por quinta vez consecutiva; en 20 segundos se daría el próximo cambio de guardia dónde tendría 10 minutos de absoluta libertad para poder disipar las dudas que la embargaba con respecto a los avances que la gente del cielo estaba empleando para llevarlos afuera. Durante un año y medio se había mantenido quieta sin cuestionar ninguno de los reportes informativos que éstos daban en cada reunión, y una vez pasado el plazo de 5 años en que la radiación tendría que haberse acabado, y al darse cuenta que no había salida alguna debido a los escombros, procuró mantener la calma entre los suyos y lograr que éstos tuvieran de alguna forma, una vida normal. Pero ya no podía seguir sin involucrarse, no si de verdad quería salir de aquel lugar. Necesitaba implicarse y como no confiaba en lo que Skaikru decía, lo averiguaría por su propia cuenta. Aunque en verdad llevaba ayuda con ella.

Percibiendo el movimiento de los dos guardias que custodiaban la puerta, Lexa se pegó por completo al muro que la ocultaba de la vista de éstos. Fue cuando pasaron por su lado, y siguieron de largo hasta desaparecer, que la castaña sacó una de sus manos dejándola ver al hombre que debería estar oculto en el otro extremo del pasillo y aquel no tardó ni un par de segundos en captar la señal e ir directo a la habitación a la que querían llegar. Lexa le siguió y dos más de sus hombres lo hicieron junto a ella. Llegaron a la puerta pero no pudieron ingresar porque se encontraba cerrada, así que sacando una tarjeta que uno de sus hombres le había robado previamente a un guardia, la colocó y deslizó, haciendo que ésta se abra para ellos al instante.— Ustedes dos se quedan aquí. —ordenó en dirección a los hombres que ya empuñaban sus armas, aunque les había prohibido hacer daño a alguien. Su único propósito era no dejar que nadie ingrese. Los hombres se colocaron de inmediato en cada extremo de la puerta.— Sven, tú conmigo. —el tercer terrestre que se encontraba a su lado, y el que más se asemejaba a la edad de la castaña, asintió con firmeza antes de seguirla. Lexa observó durante algunos segundos el lugar, y Sven en cambio, se dirigió directo a la dichosa radio por la que hacían todo aquello. No había elegido a aquel joven por su diestra forma de luchar, y estaba claro que tampoco lo hacía por su contextura física, sino porque el terrestre era quien más afinidad tenía con los Skaikru; él era de aquellas personas que se adaptaba a su entorno de una manera muy peculiar y eso hizo: aprendió las costumbres de los Skaikru, habló con ellos días y noches hasta ser un experto en su lenguaje no sólo verbal sino también físico, y lo mejor de todo, supo cómo utilizar sus armas y tecnologías a base de un encantador carisma, mezclado con su curiosidad innata. Era con quien la terrestre más compartía aquel espacio, y al pedirle que la ayudara a entrar allí, el joven no dudó ni un segundo en acceder. Se sentó junto a él, viendo cómo maniobraba botones y movía cables. — ¿Y? ¿Decían la verdad? —cuestionó con impaciencia. El tiempo pactado llegaba a su fin. "Mucho temo que sí, Heda. El silencio radial es claro." Trató de no distraer sus pensamientos debido a cómo la había llamado, y centró su atención en los movimientos que éste seguía empleando. — ¿Y si intentas cambiar de frecuencia o canal? —ante lo expresado por la castaña, el menor se giró a mirarla con gesto sorprendido. "Veo que no soy el único que ha aprendido algunas cosas." Enunció en tono de broma, antes de hacer lo que sugirió ella. Se quedaron en total silencio para ver si se lograba captar algo, pero el resultado fue el mismo, y Lexa no pudo evitar la decepción que aquel hecho provocó en su interior. Estuvieron durante algunos segundos en la misma posición, empleando los mismos movimientos, pero no obtuvieron respuesta alguna, por lo que volviendo a consultar la hora, la castaña se levantó e hizo un gesto al contrario para que desistiera; aquello era inútil y Marcus Kane no mentía: el cese de comunicaciones era nulo. No había nadie allá afuera, y ellos probablemente morirían ahí dentro antes de encontrar una salida al exterior. Pero no alcanzó a dar un par de pasos cuando un chirrido comenzó a salir del aparato. Su corazón se detuvo durante un ínfimo segundo, y reaccionando, se acercó nuevamente a Sven. — ¿Qué es eso? —preguntó en dirección al menor, que no paraba de dar vueltas a uno de los botones más grandes. "Nuestro canal está haciendo interferencia con otro en funcionamiento, pero no logro captar la señal de éste, y el que estemos a miles de metros bajo tierra tampoco ayuda, pero... ¿eso son voces?" Sven estaba en lo cierto, no se podía distinguir con exactitud si era sólo una o muchas, pero un ruido parecido a una voz humana llegaba a ellos. "Toma, intenta comunicarte hablando por ahí y apretando este botón, mientras yo cambiaré los canales, a ver si puedo quedarme con el que más frecuencia tiene" entregándole el mando, el menor le mostró lo que debía hacer. El cable de la radio era corto, por lo que Lexa tuvo que inclinarse. Esperó con ansias a que Sven le dijera que empezara, y mientras el murmullo declinaba por momentos y aumentaba por otros, el contrario asintió y ella apretó el botón del costado, acercando su boca al micrófono. — ¿Hola? —enunció con voz clara. — ¿Alguien puede escucharme? Nos estamos comunicando desde el búnker, ¿Hay alguien ahí? —Expectantes a la próxima respuesta, ambos terrestres aguardaron nerviosos a escuchar algo con claridad.




Ahora si, hay novedades dentro del bunker ¿Con quién se habrán comunicado? ¿Qué pasará con Clarke y Maddie? Falta muy poco para que tengamos por fin el reencuentro, se los prometo.

Espero sus comentarios y sugerencias.

C-

ON THE GROUNDWhere stories live. Discover now