Ni bien salió de la práctica de tiros, uno de sus hombres la estaba esperando para informarle que una junta del consejo se estaba dando en esos instantes, a lo que le cuestionó el por qué no se lo dijo antes, y el trikru le respondió que Marcus Kane le ordenó no interrumpirla y esperar a que ella terminara. Torciendo un gesto en desacuerdo, sus pasos se encaminaron a la sala de reuniones, llegando en pocos minutos y encontrándose con Indra parada en la puerta. —¿Por qué no ingresaste Indra?—llegando hasta ella, preguntó aquello. "Hoy Octavia tenía que ausentarse y no quería estar ahí sin un rostro conocido." Asintió ante la respuesta de la mujer, y abrió la puerta para que pudieran pasar ambas. "Además, nunca entiendo nada de lo que hablan." añadió por lo bajo, logrando que solo Lexa le escuchara y sus labios se curvaron en algo muy parecido a una sonrisa, antes de colocar su expresión seria de siempre, y saludar con un gesto a los demás miembros. Marcus y Abigail Griffin resumieron los acontecimientos para ellas dos, y así fue como lograron enterarse de que: primero, los arquitectos del búnker creyeron encontrar una fisura que desprovista de todo escombro, podía llevarlos al exterior, y segundo, la radio con la que Octavia Blake pudo comunicarse por última vez con su hermano, hizo hace tan solo un par de horas, algún tipo de interferencia antes de cortarse por completo de nuevo, no pudiendo establecer ningún contacto. Lexa evitó aferrarse a aquella nueva posibilidad, no queriendo formar ideas equívocas en su mente; la posibilidad más factible era que ellos nunca salieran dirigirse al sector del comedor cuando fue interceptada esta vez, por Octavia Blake. No podía negar que Indra hizo un buen trabajo con aquella skaikru que en años anteriores, solo la miraba con desafío. Ahora todo eso había quedado atrás, principalmente porque los tiempos habían cambiado y las personas lo hicieron con él; Octavia por ejemplo, había madurado hasta convertirse en una auténtica terrestre y Lexa la respetaba por la simple razón de haber salvado a su gente. "¿Te diriges al comedor?" le preguntó directamente y la castaña asintió, "Te acompaño" espetó y puesto que no fue una pregunta, la terrestre no respondió nada. Ambas caminaron en silencio hasta el sector de comidas, ingresando en la enorme sala en donde imperaba las largas mesas repartidas por todo el lugar, junto a las personas entrando y saliendo de ahí; las conversaciones abundaban y los murmullos se hacían escuchar por sobre una música bastante rara para Lexa, pero a la que ya se había acostumbrado. Ambas tomaron una bandeja y se dispusieron a hacer la respectiva fila para esperar su ración de comida. — ¿Me vas a decir ahora lo que te inquieta?— cuestionó hacia la skaikru y, ante su pregunta, Octavia metió su mano en uno de sus bolsillos y sin perder tiempo, sacó algo de ahí para luego extendérselo a ella. La mirada de la terrestre bajó, pudiendo notar en la mano extendida de la contraria, un pequeño objeto en medio. Estirando su propia mano, tomó aquello tratando por todos los medios, de no sentir nada; control, invocó al control que tanto la caracterizaba. Acarició con las yemas de sus dedos el símbolo sagrado solo unos momentos mientras lo contemplaba. "Sé que intenté dártelo hace un par de años y que lo rechazaste, pero tampoco me pertenece a mí." Miró a la pelinegra, recordando haberla visto con el símbolo una vez. — Indra te lo dio a ti, y concuerdo con esa decisión. — "Me lo dio porque te creía muerta, ambas sabemos que de haber sabido lo contrario, nunca lo habría hecho." Sus labios se curvaron, adoptando por primera vez en años, una sonrisa que denotaba ironía. Así que dejando de observar dicho objeto, se lo extendió a la skaikru como ella había hecho anteriormente. — Indra sabía que yo estaba viva, Octavia. —le informó, notando el asombro en los rasgos ajenos. — De hecho, me sorprende que no te lo haya informado. Durante la guerra entre Azgeda y Trikru, Indra y los demás guerreros no sólo protegían la torre para lograr sobrevivir, lo hacían también porque yo me encontraba ahí adentro, aunque estaba escondida, claro. —puesto que Octavia aún no le recibía el símbolo, la castaña la sujetó por la mano y puso éste de regreso en su palma, volviéndose para recoger su comida, y posteriormente ir a sentarse. No había sido una decisión fácil desprenderse de algo que formaba parte de su esencia, que la hacía ser quien era. Pero pronto comprendió que ella ya no era aquella mujer que inspiraba a la gente; su fortaleza aún persistía, y era lo que la mantenía viva, pero su espíritu se fue una vez le sacaron la llama. No probó bocado durante la comida, tampoco estableció conversación como usualmente solía hacer, encontrándose demasiado ensimismada en los hechos que se dieron en la reunión del consejo, y luego en lo ocurrido con Octavia. Por lo que dejando de perder tiempo, se levantó de su lugar y se dirigió hacia la salida. No reparó en que una persona venía ingresando por ésta, y su cuerpo colisionó contra el del desconocido/a al chocar. Gracias al equilibrio que solía mantener siempre en sus entrenamientos, solo trastabilló, pero, y ahora observaba que se trataba de una mujer, no fue lo mismo para la desconocida que cayó al suelo de espaldas, tirando unas bolsas con diferente contenidos que se desparramaron. No tardó en tomar a la contraria del brazo y ayudarla a levantarse mientras se disculpaba, no obstante, una vez ésta se corrió el cabello que le tapaba el rostro, la soltó de inmediato, provocando que la mujer nuevamente esté a punto de caer. Hubo un instante de reconocimiento por parte de ambas terrestres que volvió el ambiente tenso y todo aquel que pasara por su lado lo podía notar. No era de extrañar que tuvieran este tipo de actitudes al encontrarse en la misma habitación; fueron muchas las ocasiones en que Lexa salía si veía a la rubia ingresar al mismo lugar, y viceversa. Cortando con el contacto visual, puesto que no le apetecía compartir el mismo oxígeno que la contraria por más tiempo del necesario, se inclinó y colocó los objetos que se le había causó debido al impacto; trató en todo momento de no tocarla. Y una vez realizado aquello, siguió su camino sin mirar atrás, con lo que no contó es que Niylah la tomara por el hombro, provocando que se detuviera y colocando sus dedos sobre el mango de la navaja que llevaba en el forro de su cintura, sujeto ésta con firmeza mientras se alejaba del toque ajeno. Aquella acción no pasó desapercibida para la otra terrestre, que mirando a donde ella tenía sus dedos, dio un paso hacia atrás. "Solo quería hacerte una pregunta." En los ojos de Niylah no había temor, así como en los de Lexa no había inseguridad ante la posible decisión de que si la volvía a tocar, le clavaría el filo de su hoja en el cuello y no necesitaría ni moverse de su lugar para hacer aquello. Puesto que no recibió respuesta de la castaña, la contraria prosiguió. "Corren rumores que la radio ya funciona y que se pudieron comunicar con alguien de afuera, más específicamente con..." no terminó la frase y Lexa supo al instante el porqué; la rubia parecía ahora, hasta arrepentida de haberle planteado aquella pregunta a ella precisamente. Su postura recta no era más que rigidez y tuvo que contenerse para no hacer lo que tanto quería en aquellos instantes, por lo que clavó sus ojos en la contraria.—No puedo dar información alguna y en cualquier caso, eso es algo que deberías preguntar a otra persona que no sea yo. —ante lo que estaba a punto de enunciar, su mirada se volvió gélida y elevó su barbilla, dando la sensación de una altivez que pocas veces empleaba.— Y la próxima vez que la nombres frente a mí, te despertaras sin lengua al día siguiente. —dicho aquello, se giró encaminándose nuevamente a lo que estaba por hacer, no sin antes detenerse en un pasillo desierto y tomar el aire que no sabía, había estaba reteniendo. Nunca podría culpar a la skaikru por rehacer su vida luego de su supuesta muerte, pero no podía evitar que un sentimiento similar a los celos la embargara cada vez que a su mente venía dicho conocimiento, aunque trataba de no pensar en ello, ni de traer a su mente imágenes que no quería tener. Cerró los ojos tomando un par de respiraciones más, y con una idea en mente, se dirigió hacia la habitación en donde se encontraba la radio que ahora mantenían bajo vigilancia.
Antes que nada quiero agradecer los comentarios que dejan y el tomarse el tiempo para seguir esta historia. Ya nos vamos acercando a los sucesos más importantes con la aparición de ELIGIUS y el reencuentro Clexa. En este capítulo vemos a Lexa ¿Celosa? Quiero opiniones acerca de la forma en que la ex comandante reacciona con Niylah.
Ante cualquier duda o sugerencia pueden encontrarme en twitter como @Hedaslover.
Gracias.
C-
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ON THE GROUND
Fiksi PenggemarAquel día en que la ola de muerte alcanzó la tierra, Clarke Griffin se recluyó en un laboratorio en el que pasaría largos años. Lejos de todos sus amigos, de su familia y habiendo visto al amor de su vida morir en sus brazos creyó perder la cabeza...