No es así. {BA#1}

Capítulo 10.

Le puse las manos en el pecho y negué con la cabeza a la vez que lo apartaba de mi. Me miró a los ojos y apartó sus manos de mi cintura, suspiro y suspire, le di un beso en la mejilla.

—Sabes que sigo recordando todo lo que pasó, no creo que se me olvide. —aclaré y caminé de vuelta hacia mi fraternidad.

En el momento en que me asegure de que no me podía ver, comencé a correr hasta llegar al jardín de la fraternidad, entré y cerré de un portazo, me tiré en el sofá y miré fijamente al techo, en busca de una respuesta a lo que acababa de pasar.

Vi como entraban en el salón Carla y Sandra, hablando de algo que enseguida callaron al verme. Me incorporé, quedando sentada sobre el sofá con las piernas estiradas, las miré a ambas, con una expresión algo seria.

—¿Has hablado con Jesús? —preguntó Sandra mirándonos a Carla y a mi alternativamente.

Parecía que ya lo sabían todo, y si era así, mejor, sabrían que Jesús y yo no teníamos NA-DA.

En ese mismo instante recordé las inocentadas, tendría que irme temprano a dormir para poder estar lista a las 3 a.m para poder ayudar, además, las inocentadas empezaban esa misma madrugada.

—Cenaré temprano, pediré pizza, por si alguna quiere. —comenté tras levantarme del sofá.

Las horas siguientes pasaron calmadas, parecía que nadie había en la casa, sólo se oían algunos pasos o alguna despedida de vez en cuando.

A las ocho de la noche ya estaba cenando, sentada en el sofá, una pizza mediana de jamón se York y queso, acompañada únicamente por el sonido de fondo de la televisión.

Me fui a la cama a las 8:30, lo cierto era que no tenía sueño, pero debía dormir, a las dos y media tenía que despertarme para ir a las inocentadas.

Me quedé dormida segundos después de haberme metido en la cama, y me desperté, sin necesidad de despertador a las 2:25 a.m. Me vestí con un jersey algo escotado y unos vaqueros negros rotos, con unas zapatillas de deporte blancas básicas.