Capítulo 21.

2.2K 75 1
                                    


Se cruzó de brazos, al igual que yo, con una sonrisa que ya respondía por el.

—Nos parece bastante bien. —se inclinó hacia delante, lo suficiente como para poder notar mi respiración— Hablamos mañana sobre eso. Recuerda que esta noche hay inocentada —susurró tan cerca de mis labios que mi respiración se paró por un momento.

No me había apartado, por el simple echo de que habría parecido infantil y asustada, y hubiera sido como dejarle ganar una batalla, y era algo que no podía permitir, por mi orgullo y el de mi pasado.

—Adiós, Oviedo. —susurró yo mirándolo a los ojos, desafiante.

—Adiós, Sellers. —respondió en un susurro sonriendo arrogante.

Sonreí falsamente y me separé de el lentamente, asegurando ante su mirada atenta que me iba a ir. Caminé hasta la puerta, la abrí y le dediqué a Jesús una última mirada de desafío, a lo que el respondió con un desenfadado guiño de ojo. Salí de la casa y caminé con un paso acelerado hacia mi fraternidad, tenía que comprobar que todo estaba bien allí, sólo quedaba una hora de Universidad, y yo no pensaba ir, ya me había perdido un día entero, ¿para que ir a última hora?

Llegué bastante cansada, lo que me pareció muy raro, escasos minutos antes podría haber pegado una corrida hasta cualquier lugar, bueno, no, exagero, pero ya me entendéis.

Fui directa a mi habitación, donde dejé mi mochila sobre la cama y me hice un moño mal hecho. Me senté en mi escritorio y comencé a pasar a limpio todos los esquemas mal hechos del día anterior.

A penas una hora después ya había terminado, eran las 14:25, y tenía tanta hambre que parecía que mi estómago iba a comenzar a comerse a sí mismo.

No es así. {BA#1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora