Persona preciada

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Natsume caminaba por las calles de tokio a paso lento, la familia que lo había acogido vivía en Tokio, raro para el puesto que siempre había vivido con personas que no eran de la ciudad, a su lado se encontraba el hijo de la pareja que desgraciadamente o afortunadamente casi nunca estaban en casa.

-Kuroko-san ¿quieres que te espere o me marcho al salir?- pregunto dudoso, no hacia mas de una semana que vivía junto al chico y su abuela

-esta bien si me llamas Tetsuya, ahora somos de la familia, ¿podrías esperarme?, me gustaría ir a casa temprano hoy- pidió con su rostro sin expresiones, Natsume sonrió y asintió, ambos llegaron a Teiko y se despidieron pues ambos iban a distintos salones, a el le había tocado para su desgracia con un tipo que era modelo por lo que el salón siempre se encontraba con gritos de las chicas, era su ultimo año en la escuela media así que al menos agradecía que no tuviera que soportar los gritos por mucho mas tiempo, era bueno que no hubieran tantos youkais en la zona, las clases transcurrieron con normalidad y uno que otro grito de las fangirls, al acabar las clases Natsume se levanto de su asiento para ir por su primo, por que si, Kuroko era primo directo, el padre de su padre había tenido una aventura con una mujer-por la cual dejo a su abuela- y había tenido una hija con aquella mujer por lo que la madre de Kuroko era media-hermana de su padre, hacia poco se había enterado que tenia un medio-hermano y cuando supo que este había muerto y había dejado a un niño en el mundo solo, había tomado la decisión de darle un hogar, o es lo que ella había dicho, se lo agradecía pero no sabia si duraría, si no mal recordaba Kuroko estaba en el club de baloncesto así que se dirigió a el, antes de entrar se encontró con una muchacha de cabellos rosas quien le informo que Kuroko no se encontraba en el entrenamiento ya que se había sentido mal y lo habían llevado a la enfermería, después de agradecer y despedirse, se marcho en busca de su primo, entro a la enfermería notando rápidamente un bulto en una de las camas, se acerco y escucho unos sollozos

-Tetsuya... ¿Estas bien?- se golpeo mentalmente, estaba llorando obviamente no estaba bien

-Natsume-kun... ¿Has sentido alguna vez, que tus seres preciados se alejan de ti?- pregunto secando sus lágrimas, se dio la vuelta pues anteriormente se encontraba dándole la espalda, Kuroko lo miro, Natsume negó

-no, no lo e sentido, nunca e llegado a tener algún ser preciado, así que no puedo comprenderte- Kuroko lo miro con una sonrisa triste pero no por lástima ni nada de ello- pero por tu rostro puedo saber cuan doloroso es- Natsume tomo una de las manos de su primo, Kuroko agradeció el gesto- con Takashi basta-

-Takashi... ¿Yo podría convertirme en un ser preciado para ti?- pregunto Kuroko

-ya lo eres- Natsume sonrió y Kuroko lo miro con sorpresa

Los días habían pasado lentamente para Kuroko, viendo como día a día sus amigos se perdían a si mismos, la arrogancia los consumía lentamente, en unos mas rápido que en otros, lo entristecia y lo hacia odiar el juego que tanto amaba.

Caminaba junto a la generación, habían decidido ir por helados

-hey, Tetsu, ¿ese no es tu primo?- escucho la pregunta de Aomine, miro en la dirección que era señalada por el mas alto, notando que en efecto era su primo, se encontraba junto con otras personas y en sus brazos se encontraba el gato rechoncho que había encontrado unos días atrás

-¡Hee!- escucho la exclamación del único rubio del grupo

-¿sucede algo Kise-kun?- pregunto mirando ahora al rubio quien claramente se encontraba sorprendido

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