Capítulo 1

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Harry.

A veces un poco de música ayuda para concentrarse y relajarse un poco. Mi habitación está llena de cajas y bolsas con mis pertenencias. A mamá le salió trabajo en el centro de la ciudad y tendremos que mudarnos. ¡Estoy tan feliz por mi madre! Siempre tan atenta con nosotros que a veces me siento como si no ayudó en nada. Por eso casi siempre paso con ella ayudándola.

Ya con todo empacado mamá me llamo para que bajara a comer. Bajé las escaleras y me encontré con Gemma mi hermana mayor.

-¿Todo listo, Hermanito?- Preguntó ella al verme, Asentí emocionado y ella me revolvió el cabello.

-¡Si! Tengo todo listo para subir las cosas al camión.- Dije emocionado.

-Al menos alguien esta feliz por la mudanza.- Comentó mi hermana. Ella no estaba tan feliz de eso porque se tenía que alejar de sus amigas, eran simpáticas, aunque a veces podrían ser insoportables. Pero no me quejaba.

Comimos los tres juntos hablando cosas de la mudanza y eso. Al parecer yo no estaría sólo. Mi mejor amigo Ed se mudará también al centro de la ciudad. ¡Es emocionante! Porque es el único amigo que tengo. Pero me siento mal por mi hermana, pero sé que encontrará amigas nuevas.

El vecindario se veía bastante tranquilo, al parecer no eran de esos que hacían fiesta cada noche. El camión estacionó frente a una casa de segundo piso, al igual que el auto de mi madre. Sonreí al verla. El patio delantero estaba decorado por flores y arbustos un poco dañados y secos, pero no habia problema con ello ya que mi madre ama la jardinería y a mi me gustaba ayudarla de vez en cuando. Me baje del auto y camine por un costado de la casa. Abrí la cerca entrando al patio trasero. Me quede asombrado al ver lo grande que era, tenía un árbol gigantesco con una casa entre sus ramas; no era ni tan grande ni tan pequeña. Al parecer las personas que estaban anterior que nosotros construyeron la casa en el árbol y además de eso dos columpios. Alrededor de toda la cerca que separa nuestra casa de la otra, había un camino de flores de distintos tipos, al parecer los dueños anteriores amaban las flores. En pocas palabras para mi era perfecto y hermoso.

-¡Harry¡ ¡Ven a ayudar, cariño!- Grito mi madre desde el otro lado de la casa.

-¡Voy!- Trote hacia adelante de la casa. Topándome con los señores y mi hermana trasladando las cosas.

-Ayudame a llevar las cosas adentro.- Sonrió mi madre en mi dirección.

Asentí comenzando a acarrear cajas hasta la casa. Dejándolas en lo que parecía ser la sala. Mientras que los del camión entraba y salían con nuestros muebles. Después de media hora acarreando cajas y algunas que otras bolsas, fui a escoger mi cuarto. Subí las escaleras caminando por el pasillo, la cual eran bastantes grandes. Camine hasta la última puerta. Para ser una casa no tan grande tenía bastante habitaciones, como muchos dicen las apariencias engañan. Al llegar a mi destino, la abrí admirando el espacio. Camine hacia la ventana sentándome en el espacio que había en ella; que era bastante grande como para acostarme ahí y dormir admirando las hermosas estrellas. Mire por ella e hice una pequeña mueca, no tenía la mejor vista panorámica ya que al frente de mi ventana había otra. Mire hacia arriba y mi sonrisa apareció, tenía la mejor vista hacia el cielo. Unos pájaros pasaron volando por encima de la casa vecina. Sonriendo baje hasta la planta baja encontrándome con mi madre hablando con los encargados de acarrear los muebles y todo eso. Les Sonreí cuando me observaron.

-¿Ya escogiste tu habitación, cariño?- me preguntó mi madre acercándose a mí.

-¡Si! Es la última habitación del pasillo. ¡Y la vista es hermosa para mirar estrellas!- Chille emocionado con una sonrisa amplia en mi rostro. Ella me sonrió con ternura para luego dirigirse hacia los señores y decirles que lleven mis cosas a mi habitación, ellos amablemente asintieron y comenzaron con su deber.

# llamame Harry. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora