Ayuda.

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"-¿Podemos salir este fin de semana? -preguntó tímidamente el pequeño rubio mientras jugaba con la pajilla de su bebida- Hace un año que estamos saliendo y tiene tiempo que no pasamos el rato juntos así que pensé que... 

-Estoy ocupado este fin de semana -contestó secamente el pelinegro mientras observaba su celular, Yuri no pudo evitar dibujar una mueca dolorosa en su rostro pero rápidamente la cambió por una sonrisa. 

-Comprendo ¿estás muy ocupado con tu trabajo últimamente?  -Otabek sólo asintió sin dirigirle la mirada.

El rubio se puso de pie y abrazó por la espalda a su novio, Otabek sintió como Yuri lo abrazaba fuertemente, su cuerpo temblaba como si tuviera miedo de que él lo abandonara. 

Aunque realmente él pensaba abandonarlo... 

-Tengo que irme -Yuri puso más fuerza en su agarre- Prometo ir a tu presentación de patinaje, deberías irte a ensayar.

Otabek se marchó en cuanto el chico lo soltó, volteó levemente y pudo observar la expresión triste que tenía el rubio ante el rechazo que él le había dado, pero, Yuri solo era un juego, no tenía porque dolerle ver esa expresión llena de amargura ¿cierto? Desde un inicio pensaba jugar con él, entonces ¿por qué su corazón dolía cada vez que lo trataba de esa manera? 

Nunca olvidaría el rostro dolido de Yuri Plisetsky, esa sería una de las cosas que más lo atormentarían a lo largo de los años, el haber lastimado a un ángel tan puro como él."

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Realmente le había afectado demasiado haber visto en aquel estado a Yuri Plisetsky. 

Hace una semana se había mudado de edificio, esa mañana estaba explorando lo alrededores ya que su compañero de habitación lo había corrido alegando que ya no quería seguir viendo su presencia en las siguientes horas porque quería pasar el rato con su actual pareja. Otabek accedió ya que no quería escuchar lo que esos dos hicieran. Pero lo que se encontró simplemente le acabó de destrozar el corazón. 

Yuri Plisetsky se encontraba llorando a las afueras de un motel de mala muerte, su estado era demasiado decadente. No quedaban rastros del chico inocente del que se enamoró, lucía mucho más delgado y pálido desde la última vez que lo vio, sus brazos se encontraban vendados y en tenía unas enormes ojeras. 

Yuri lloraba por su culpa.

Los recuerdos de la última pelea que tuvo con él comenzaron a aparecer. 

"-¡Me das asco, no me vuelvas a tocar!"

"-¡Eres de lo peor, maldigo el día en que te conocí!"

"-¡Maldito seas Otabek Altin!" 

Aquellos recuerdos le estaban matando lentamente, Viktor tenía razón, él no lo debió haber engañado de tal manera, ahora lo único que le quedaba era velar por el muchacho desde su miserable escondite. La única posibilidad que tenía para enmendar sus errores era ayudarlo a recordar y hacer que se olvidara de él completamente, que viviera su vida pacíficamente lejos de él, por mucho que le doliera era lo mejor para ambos.

Otabek se dio cuenta de sus sentimientos por Yuri demasiado tarde y ahora se arrepentía de ello. 

-¡Otabek! 

La voz de su compañero de habitación lo hizo salir de su pequeño trance, aquel muchacho moreno lo observaba bastante preocupado. 

Playboy  [Otayurio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora