Capítulo 1

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-Te amo... -Dijo él mientras abrazaba sus piernas, extrañaba a Yuri.

¿Por qué actuó como un idiota? Aún recuerda con exactitud el primer momento en que lo vio, su hermoso cabello rubio, recogido en una coleta, usaba una enorme chaqueta con un estampado de tigre en la parte trasera, unos pantalones ajustados de color negro que marcaban a la perfección sus piernas largas y delgadas (sin olvidar mencionar su perfecto trasero). A pesar de que esa noche la discoteca se encontraba llena a tope, a pesar de que él estaba trabajando como DJ pudo reconocerlo entre la multitud.

Él, el hermoso chico de ceño fruncido ante la multitud de jóvenes hormonales.

Aún recuerda el motivo de la presencia del rubio en aquel sitio, a pesar de su infinito odio hacia las discotecas.

-¡No me molestes! -gritó el chico rubio mientras se cruzaba de brazos. -¿En dónde se encuentra el jodido de Viktor para poder largarnos de una buena vez de este basurero? -preguntó él hacia Yuuri.

-Ah...umm... Atendiendo asuntos, ¿supongo? -respondió algo inseguro Yuuri.

El rubio puso sus ojos en blanco y se llevó a la boca un trago de soda (cortesía de Yuuri) ya que el chico no era muy resistente al alcohol.

-¡Venga! Ya vámonos, mañana tengo entrenamiento en la pista de patinaje con Yakov. -refunfuñó, el pelinegro se encogió de hombros a lo que el rubio tronó la lengua llena de molestia- Ah que bien, el inepto de tu novio nos invita a su cuchitril y ni siquiera está presente, menuda suerte...

El tiempo pasaba y Otabek finalmente había terminado su turno, con la vista buscaba al chico rubio, según Viktor, a él debía convencerlo de que él era un buen partido para Yuuri Katsuki.

No tuvo que buscar mucho, ya que, los gritos molestos del rubio se escuchaban a pesar del ruido de la música. Bien, ahora sólo era cosa de idolatrar a Viktor en frente del chico rubio para que este aprobara la relación de su jefe con el pelinegro.

Maldita su suerte...

-¡Ya! ¿¡En dónde demonios está Viktor?! -gritó él- ¡Tengo un par de cosas que decirle a ese anciano!

-Viktor vendrá pronto... -contestó él a espaldas del chico.

El rubio se metió un gran susto al escuchar la voz de Otabek, no se esperaba la respuesta de aquel extraño.

-¿Así? ¿y tú que sabes? ¿acaso eres su madre? -preguntó serio.

-No, sólo soy un empleado común y corriente -respondió con sinceridad.

Ambos se observaron seriamente, ninguno dijo más, sólo se desafiaban con la mirada.

Esa había sido la primera vez que se habían dirigido la palabra..."

Sus ojos se abrieron, su habitación estaba vacía, ¿cómo es qué estaba nuevamente recostado sobre su cama? Hace tan sólo unos momentos estaba en la bañera y se quedó dormido...

No recuerda haberse despertado. Observó su mano, su vendaje estaba cambiado... ¿Otabek lo habría hecho? No, no puede ser, a Otabek no le importa su bienestar, a él sólo le importa tener sexo, a Otabek sólo le importa su cuerpo, no le interesa su salud.

¿Estaría enloqueciendo? Quién sabe...

El rostro de esa persona es inexistente... ¿Esa persona existe? En primer lugar, ¿A qué persona se refiere? Su cabeza duele, le duele intentar recordar a esa persona, pero ¿qué persona es la que intenta recordar? Nuevamente una pequeña imagen, esa extraña persona está abrazándolo, con él se siente seguro. ¿Quién es? No lo sabe... Otra imagen... Él llorando, Otabek tomándolo sin piedad, ¿realmente lo disfruta? Tampoco lo sabe.

Playboy  [Otayurio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora