Epílogo.

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Justin observa cómo su clienta de la noche duerme, luego de una buena sesión de sexo. La chica no lo hace mal y es muy bonita, algo que el ojimiel debe de admitir, pero no se compara con Ariana, en absoluto.

De tan solo pensar en la castaña su pulso acelera, tanto porque la extraña como porque se siente muy mal porque no puede ir a conocer a su familia.

"¿Enserio me quieres? No te creo, si de verdad me quisieras estarías en mi casa, conociendo a mi familia..."

Justin se siente como la misma mierda cuando lee ese mensaje, porque sabe lo importante que sería para la relación, aún sin nombre, que tiene con la castaña.

"Perdón"

Pasados diez minutos y sin recibir respuesta por parte de Ariana, el ojimiel decide juntar sus pertenencias e ir hacia la casa de la cantante, sin importarle los problemas que le va a causar el marcharse antes del horario en el que sus servicios deben culminar.



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Otra vez en su casa, Ariana no deja de llorar desconsoladamente.

Se siente patética por cómo se ha enamorado de ese lindo chico con una hermosa sonrisa y excelente persona en tan poco tiempo, haciéndole sentir cosas que ningún otro hombre le hizo sentir en todos sus años vividos.

De la nada, la puerta de su habitación se abre lentamente y por completo, dejando a la vista al ojimiel que puso su mundo de cabeza en tan poco tiempo.

Justin quiere darse la cabeza contra la pared cuando ve el estado en el que se encuentra la castaña. Odia ver a las personas mal y más si es la chica que le gusta, además de que él tiene la culpa de que Ariana se encuentre en ese estado.

—Justin —la chica limpia las lágrimas de su rostro con las mangas de su pijama, demostrando lo sorprendida que está de que el castaño se encuentre allí—. ¿Qué haces aquí?

—Perdón. Necesito que me perdones por ser un completo idiota egoísta al que le importó más el que no le despidieran de su trabajo antes que conocer a la familia de la mujer que en tan poco tiempo me hace sentir el hombre más afortunado del mundo por tenerla a su lado... Perdóname, Ariana, por favor —suplica de rodillas ante la castaña, llorando.

Ariana coloca sus manos en el cuello del ojimiel y lo acerca para unir sus labios, pero ensrguida se aparta y le da una bofetada.

—Supongo que me lo merecía —murmura Justin, sin ocultar su sorpresa.

—Tienes explicaciones para dar...

El castaño mueve su cabeza, dándole la razón, pero antes de comenzar a hablar prefiere besar a la chica y comenzar con el proceso de hacerla suya, dejando para lo último la explicación de su error.


Lamento que sea un epílogo de mierda, pero literal no escribo desde principios de año, abril, por ahí. Sé que las hice esperar un montón, pero entre el estudio, cuidar de mi hermanita y todo, terminaba los días agotada.


Lamento que sea un epílogo de mierda, pero literal no escribo desde principios de año, abril, por ahí. Sé que las hice esperar un montón, pero entre el estudio, cuidar de mi hermanita y todo, terminaba los días agotada. Ahora que estoy de vacaciones tal vez logre terminar todas mis otras obras.

¡Espero que les guste y lamento la demora!

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