Capítulo 19: ¿Acusando a un inocente?

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Eddie

Las luces de las patrullas parpadeaban con una música imaginaria

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Las luces de las patrullas parpadeaban con una música imaginaria. El cielo, negro de la noche, mostraba la humedad del ambiente. El frío calaba los huesos y hacía salir el vaho de las bocas de los humanos. Mi pelaje manchado de sangre, se iba haciendo grumos secos por la sustancia haciéndome sentir sucio.

Hacía apenas unas horas que habíamos vivido una experiencia horrible. Había usado mi poder, pero ya poco me quedaba. Sabía que mi propósito de mi existencia, se estaba desvaneciendo. Estaba perdiendo mi motivo para seguir luchando. Hoy casi pierdo a Naomi, algo que nunca me hubiera perdonado. Pero menos mal que pude hacer algo en el último momento, ojalá hubiera hecho algo por Alba y Nayara.

Observé a mi princesa. Ella me abrazaba, se movía para adelante y atrás compulsivamente. Ella estaba sentada en la parte trasera de la ambulancia, con un camisón fino. Naomi tiritaba todo el tiempo y sus dientes sonaban a un ritmo vertiginoso. Su mirada se mostraba perdida en un mundo, seguramente mejor que el que ahora estaba viviendo. Desde el temible suceso, Naomi no había hablado. Ni siquiera conmigo. Se había encerrado en sí misma y se negaba a volver a la realidad.

"Naomi, mi niña ¿Estás bien? —pregunté a mi princesa"

No me contestó. Ella seguía con la mirada perdida. Sus labios comenzaban a ponerse azules y sus manos de color rojo. Si seguía así iba a sufrir una hipotermia. Los técnicos sanitarios le ofrecieron una manta, pero ella lo había rechazado. No quería que nadie le tocase, ni hablase. Mi alma se estaba rompiendo al ver como la alegría que tenía siempre dibujada en su rostro, había desaparecido. Le había fallado, le habían vuelto hacer daño ¿Hasta cuándo ésta pobre niña tendrá que aguantar tanto dolor? Necesitábamos ayuda, ahora que ese hombre había amenazado a Naomi y estaba suelto. No había tiempo que perder.

Con decisión, busqué con la mirada algún adulto que nos pudiera ayudar. El inspector Kaimi y Sara se encontraban con el padre de Nayara unos metros más allá. Hablaban compulsivamente y señalaban a la niña. Claramente Oscar deseaba preguntarle si sabía algo de su mujer y su hija. Pero en el estado que se encontraba, no era el mejor momento. Por fin ellos se decidieron y Sara vino directo a nosotros.

Al llegar a nuestra posición, Sara tragó saliva y observó detenidamente a la pequeña. La mujer tenía los ojos rojos y sus manos le temblaban de miedo. Claramente Naomi significaba mucho para ella, aunque no entendía por qué. Su amor hacía mi princesa era incondicional y al pensar que había muerto, ella se había desmoronado. Aún me acuerdo de cuando Kaimi le encontró debajo de la cama, asustada, perdida y traumatizada. La única que pudo sacarla de allí fue Sara y al hacerlo le dio un tremendo abrazo llorando y dando gracias. Naomi se dejó abrazar, sin mostrar ningún sentimiento. Desde entonces se mantiene así, inerte en estado de Shock.

Volviendo a la ambulancia, Sara se sentó al lado de la pequeña. Se quitó su chaqueta y se la puso por encima. Naomi no la rechazó pero tampoco hizo ningún gesto. Sara me observó y puso mala cara. Tanto Naomi como yo, estábamos cubiertos de sangre. Más la niña que tenía el nombre de Jacob en la frente. No se lo había borrado, dado que era una prueba. Le había hecho miles de fotos y cogido ADN. A mí también me lo habían hecho, pero siempre de la mano de mi princesa. Ella se negó en dejarme sólo. Ella estaba tan asustada como yo pero ¿Quién no? ¡Casi la matan!

Eddie (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora