Naomi es una niña de 5 años. Le gusta jugar con su osito "Eddie" y escuchar los cuentos que le lee su mamá Helena. Pero no todo es de color de rosa. Nuestra pequeña vive en una casa donde el infierno se manifiesta cada vez que viene su padre, Alex...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El aire de la sala era asfixiante a pesar de estar refrigerada y bien ventilada. En estos años que llevaba en el cuerpo de policia, ésta parte era lo que llevaba peor. Entrar en la sala de autopsias me transmitía soledad, fatiga y ansiedad. Miraba a las víctimas y me imaginaba sus últimos momentos con vida ¿Había sufrido mucho? ¿Conocía a su asesino? ¿Qué pensaban en su último minuto de vida? Ahora que estaba delante de ese cadáver, sentía una tremenda tristeza. Apenas era un poco más joven que yo y a pesar de eso le habían arrebatado la vida.
Después de encontrar el cadáver me quedé en estado de Shock ¿Qué hacía ahí un cuerpo? ¿Quién era esa mujer? Y lo que más me aterraba saber ¿Con qué finalidad guardaría Alex una muerta en su congelador? Sinceramente yo hubiera jurado que se trataba de Helena, pero al ver el color de su pelo y sus rasgos no era ella. Helena era rubia y con la piel blanca, mientras que el del cadáver, su pelo era castaño y su piel morena.
— ¿Qué nos puede contar de la víctima? — preguntó Kaimi a Aday el encargado de hacer la autopsia.
— Es un caso digno de investigar. Empiezo por el principio — dijo abriendo una carpeta y poniéndose unas gafas que le hacían parecer más mayor — Mujer de unos 30 años aparentemente. Nunca ha tenido hijos y gozaba de buena salud. Y ahora es cuando me vais a amar...
— Ya te amamos por tu gran hermosura — dije riéndome.
— He identificado a la víctima. Sus huellas las he subido al programa del AFIS, ha habido una coincidencia. La víctima es Diana Ulloa.
— La segunda esposa de Álex — susurró Kaimi.
Di la vuelta a la camilla y levanté la sábana que tapaba la parte inferior de su cuerpo. Le faltaba el dedo gordo del pie. Ahora me dirigí a la cabeza y le abrí la boca. Tenía el hueco de la ausencia de dos incisivos. Definitivamente era ella.
— También comparé el ADN del cuerpo, con los dientes encontrados en el incendio donde supuestamente murió Diana Ulloa y Matías Román. Coincide el ADN con la mujer. Son la misma persona.
Miré detenidamente el cuerpo. En vida, Diana, habría sido muy hermosa. Era tan joven... tenía toda una vida por delante.
— ¿De qué murió? — interrumpí muerta de curiosidad
— Según lo que he descubierto, la muerte ha sido por asfixia. Inhaló bastante humo, tiene quemadas las vías respiratorias. Su muerte ha sido en un sitio cerrado, con humo abundante...
— Coincide con el caso Ulloa. Su casa se quemó por completo. — indicó Kaimi.
— Exacto, aunque no entiendo cómo no se quemó y cómo su cuerpo ha llegado a ese congelador.
— Eso es lo que tenemos que descubrir— dijo mi compañero.
A partir de aquí no prestaba mucha atención a la conversación entre los dos hombres. Ya no podía dejar de pensar en nada más que en la víctima ¿Cómo había llegado el cuerpo de Diana al congelador?
