Naomi es una niña de 5 años. Le gusta jugar con su osito "Eddie" y escuchar los cuentos que le lee su mamá Helena. Pero no todo es de color de rosa. Nuestra pequeña vive en una casa donde el infierno se manifiesta cada vez que viene su padre, Alex...
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— Naomi ¿Me dejas tus ceras? La mía se ha roto.
Nayara, mi mejor amiga, se sentaba siempre al lado mío en clase. Hoy la profesora nos ha dejado pintar durante toda la tarde. Sólo nos dijo que teníamos que dibujarnos a nosotros. Sonreí a mi amiga y le ofrecí mi cajita de ceras.
— ¿Puedo ver tu dibujo? — pregunté.
— Claro, pero aún no he acabado. Me falta dibujar a Rossy.
Rossy era la muñeca preferida de Nayara. Rossy era muy amiga de Eddie. Los cuatros jugábamos en el patio, casi siempre al escondite*. Justo cuando iba a mirar el dibujo de Nayara vino nuestra profesora Neus. Era muy hermosa, tenía el pelo negro y los ojos marrones. Eran como las hojas del parque que se caen de los árboles porque están tristes.
— Qué bonito Nayara, ¿Ésta eres tú?
— Sí, tengo una corona de princesa. Esta corona me lo hizo mi mami para mi cumpleaños.
— Y ¿este es un perrito? — preguntó la profesora.
— Sí, se llama Nero. Estaba en una caja, me lo regalaron para mi cumpleaños. No para de jugar y se porta mal.
— ¿Qué hace Nero?
— Pisa el sofá y se hace pipí en el suelo. Es muy malo.
Las tres nos reímos. Nero era muy bonito, era pequeñito pero a veces mordía a Eddie. Tenía miedo que le hiciera daño a mi osito.
— ¿Y tú dibujo Naomi? Seguro que es igual de bonito.
Cogí la hoja y se la di en la mano. Neus lo miró y se puso triste.
— ¿Esta eres tú?
— Sí.
— ¿Estás enfadada?
— Sí.
— ¿Por qué estas enfadada, Naomi?
— Porque papá hace llorar a mami.
— ¿Y por qué llora mami? — preguntó la profesora sentándose en mi silla y poniéndome en sus rodillas.
— Porque papá le dice cosas feas.
Neus volvió a mirar el dibujo y me dio un abrazo muy fuerte. Justo en ese momento el timbre sonó, ya volvíamos a casa. Nayara y yo recogimos y dimos los dibujos a la profesora. Bajamos por las grandes escaleras que daban al patio donde los papás y mamás nos esperaban. Neus nos puso a todos los niños en fila y nos llamaba poco a poco cuando veía a nuestros papis. Quedamos sólo Nayara yo.
Después de un rato vino la mami de Nayara. Tenía el pelo rojo con mi amiga y la piel muy blanca como yo. Era muy buena y casi siempre nos compraba chuches o helados. Ella se acercó a la profesora.
