[Completa, sin editar]
༶ Primer libro de la Saga Ángeles ༶
Ismael es el ángel mas travieso y desordenado del Cielo, por eso, cuando hace una gran broma, la mayoria de los angeles quiere enviarlo al infierno, sin embargo, Jesús le dice a su padre...
Nuevamente tuve un sueño, muy extraño si te soy sincero (mucho), te lo diré.
En el sueño me encontraba en una habitación vacía, con las paredes, la puerta, el suelo y el techo blancos, a lo lejos se oía que alguien tarareaba, por la voz, supuse que era una mujer.
Abrí la puerta y me encontré con un campo lleno de reinas luisa, en el centro de estas, había una mujer adulta con vestido blanco, tenía el cabello negro largo hasta la cintura, que se movía al compás de la brisa que había y su piel era trigueña. Me dí cuenta que, al igual que el hombre del sueño anterior, sé me hacían familiar pero no podía recordarlos.
La mujer se da la vuelta y me sonríe, me dí cuenta que tenía unos hermosos ojos turquesas, igual que los mios. Se acerca lentamente hacia mi y, cuando esta a unos centímetros, ella me abraza.
Su abrazo, lo correspondí. Sentí que aquel abrazo era de amor, no uno cualquiera... Este era uno maternal.
-Mi angelito-me sonríe, mientras caen unas cuantas lágrimas. -Nunca me olvides-me abraza y se acerca a mi oído izquierdo. -Mi hermo...
Me levanté del suelo, en donde dormía, había escuchado un ruido fuerte que me despertó.
"Nunca me olvides"
Un pequeño escalofrió recorrió mi columna vertebral, cuando recordé lo que me dijo aquella mujer. Negué con la cabeza, mientras varias preguntas se formulaban en mi cabeza con respecto al sueño.
-L-lo siento mucho-escuché una voz tímida cerca del callejón en donde había dormido la noche de mi llegada a, nada menos que El Cairo, la capital de Egipto.
Me levanté y caminé hacia aquella voz, al llegar me encuentro con una joven, aparentemente de entre 24 y 29 años, de piel bronceada levemente, pelo negro y ojos marrones, que recogía rápidamente unos tomates del suelo y los colocaba en una caja de madera.
-Tranquila no pasa nada. -Un anciano se acerca a ayudarla, pero la joven niega la ayuda.
-Lo sé... Pero quiero hacerlo yo. -La joven se levanta con la caja en las manos y empieza a caminar. Ella pasa al frente mio, pero no dijo nada, sin embargo, cuando ya estaba a solo unos escasos metros, se detiene y se da la vuelta... Sorprendida.
-¿Pasó algo?-preguntó el anciano que hace unos momentos quiso ayudarla.
-N-nada... Ví algo, pero creo que era mi imaginación.-Noté en la joven algo extraño, como que le temiera a algo. Ella era la próxima.
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