Epistula ↠ Stony

0.9

Steven Rogers:

   Te soñé tan vivo esta noche, Steve. Te sentí acunado en mis brazos, con tus pómulos arrebolados descansando sobre mis latidos; con tu blanca piel siendo acariciada por la mía. ¿Son éstas las fantasías de las que tú floreces para mí? Los ensueños que, refulgentes, esculpirán el sendero hacia tu bienvenida. Dejémonos de formalidades, Capitán, dejémonos de falacias ya gozadas. ¿Qué atrevimiento, qué manso descaro hemos de tener para llamarnos de "usted" el uno al otro? Después de tantos encuentros, de innumerables pasiones compartidas, ¿aún está aterrado de que su boca pronuncie mi nombre íntimamente? Ese pesar debe arder, ¿o es que no se hunde su cuerpo, no desfallece, en mentiras?, ¡qué retórica!, ¡qué espantoso querer el suyo! Oh, Steve. No me nombres si así lo quieres, pero ello, tu horror, no me hace menos real; tu dolor ahora me enriquece.

   Te guardo rencor, fortísimo rencor. Me gusta pensar que llegará el día en que podré arrancarte de mí antes de lo tardío. Quiero vivir sin el amor venenoso con el que me embriagaste, olvidarme de los labios que acometieron con esa maldición, de los dedos sedosos que la enterraron profundo en mi pecho. Mi corazón palpita por tu destierro, ¿o lo hace por tu permanencia? La noción se ha perdido con el paso de los días postrado moribundo entre las mantas. Llorarás desconsolado cuando las noticias lleguen a tus oídos y ellos lo descubrirán... No huyas, amante mío, de su desprecio: es tiempo de pretender que se es valiente incluso fuera de tierras bélicas, ahí, en donde el hombre deja de serlo para transfigurarse en el alma despiadada que encierra, donde de los prójimos arrebatan vidas y pecan ante su Dios. Sé fiel a tus principios, no te doblegues por el odio que te tendrán, despídeme con la frente en alto. Eres el mejor hombre que he conocido, Steve, desdichado aquél que no sepa admirar tu ser, ciego por el miedo a la verdad, al amor auténtico.

"¡Oh, Capitán, mi Capitán! Nuestro azaroso viaje ha terminado".

Tuyo, Tony Stark.