Mini Daehwi • JinHwi

[ Capítulo Especial + Extra. ]

ATENCIÓN: Este es un capítulo especial, es decir, que no tiene nada que ver con el fanfic. Daehwi no es un niño, Daehwi no está siendo amenazado.

Espero que les guste mucho este especial~ es un One shot más un extra, que el extra no tiene nada que ver con el One shot.

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Hilo rojo del destino.

¿Qué si creía en el hilo rojo del destino? Claro que sí.

Creía profundamente en aquello, pero se le hacía imposible "encontrarlo". Él sabía que en algún momento de su vida, iba a encontrar a esa persona que luego sería el amor de su vida, pero ya se le hacía que el mundo no había puesto a alguien para él. Con 24 años tenía una pequeña esperanza -aunque era realmente pequeña- de poder encontrarla, pero mientras los días iban pasando, las semanas pasaban, llegando a convertirse en meses y de meses llegar a ser años, se le hacía difícil seguir creyendo.
Tenía un novio, pero sentía un no sé qué cuando lo besaba, no era amor. Era difícil dejarlo, no quería quedarse solo ni mucho menos quedarse sin casa, porque sí, vivían juntos y como no era su casa, Daehwi tenía que obedecer las reglas del mayor. Tareas limpiar la casa a complacerlo sexualmente, todo un asco. Recuerda perfectamente cómo casi lo golpea en público, de no ser por un muchacho que caminaba tranquilamente por ahí, de seguro Daehwi ahora podía estar siendo amenazado o algo por el estilo, nunca volvió a aquél muchacho alto, guapo, de cabello castaño y cabeza pequeña. Pero ahora era el momento en el que ese misterioso chico debía aparecer.

En este momento, Daehwi se encontraba debajo de un árbol abrazando sus piernas, tenían un pequeño golpe en su mejilla y sus brazos estaban rojos gracias a su novio que lo había agarrado con fuerza, pase a todo lo que le hizo, no lloró, lo veía inútil, más cuando estaba en público. Simplemente trató de mantener su cabeza ocupada en otra cosa, en él, por ejemplo. Miró el cielo, tratando de acordarse el rostro del chico misterioso, se acordaba perfectamente de su rostro. Dejó de abrazar sus piernas para agarrar el pequeño cuaderno que estaba a su lado, un lápiz y una goma con forma de pez, dibujó aquél rostro familiar, no era la primera vez que lo hacía, en su habitación había miles de dibujos sobre él.

-Oye, ¿te sientes bien?

Una voz hizo que saliera de su burbuja de relajamiento y paz, iba a contestarle mal ya que odiaba que le hagan eso, pero al ver ese rostro familiar su corazón se aceleró de una forma inexplicable y no sabía que hacer.