Capítulo 19

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Saint-Claude, domingo a la tarde, 9 de octubre de 19...
Mis queridos padres:
    
     Agradezco vuestra carta, la cual me resultó muy agradable. El Señor Superior me la entregó en el curso de una visita de cortesía que le hice. Tuvo la amabilidad de decirme que le alegraban mis comienzos. Hago lo que puedo: fui primero en composición. Mis otras notas las verán en el boletín de la quincena, que enviaré con mi carta del próximo domingo.
       Acababa de ocurrir un acontecimiento que me interesa de cerca. Tenía ya un excelente compañero, uno de mis vecinos: Marc de Blajan laureado de cuarto año pasado en Saint-Claude. Ahora bien, por una terrible fatalidad, cayó enfermo bruscamente antes de ayer y su estado se agravó tanto como para que sus padres vinieran a buscarlo hoy. De salud delicada, tememos no verlo curado en seguida. Le dirigiremos regularmente una carta colectiva a fin que el tiempo le resulte menos largo. De buena gana le hubiera cedido mi lugar en composición, puesto que fue segundo. Por suerte, tengo otro compañeromi vecino también Lucien Rouviere. Goza de buena salud y es también muy inteligente.
      El retiro termina esta noche. Nuestro predicador, un reverendo padre dominicano, ha sido muy elocuente. Cada uno de nosotros ha tomado buenas resoluciones, resumidas en un cuaderno especial.
      Pediré a mi querida mamá, renovar sin tardar demasiado, mi provisión de chocolate, agregando dulce de membrillo y granadas. Desearía también una alfombrita, para arrodillarme en la capilla.
      Queridos padres, creo que mi carta es bastante extensa y no veo otra cosa que contarles. Los besa cariñosamente.
                                          George.
   

                        M... 11 de octubre de 19...

Mi querido niño:
     Tu carta, después de las palabras del otro día, nos causó una gran alegría; y, a mi vez, te escribo algo más extensamente.
      Estamos encantados de saberte ya aclimatado a Saint-Claude. Nuestras sinceras felicitaciones por tu brillante éxito. Veo que continúas siendo el buen alumno que, gracias a Dios, siempre fuiste. Estoy segura que sacarás gran provecho del retiro que acaban de hacer, y en general, de la vida de colegio que madura los caracteres de los jóvenes.
       Compadecemos a tu amigo enfermo, deseándole pronto restablecimiento. Tu padre conoció en otros tiempos, a un Blajan que estaba en el ejército. En todo caso, espero que estarás contento con el vecino restante.
       ¿Hiciste bendecir la cruz de tu rosario, reemplazada antes de tu partida? ¿Tienes suficientes frazadas? , por otra parte, que las buenas hermanas no dejarán que te falte nada. Ten hacia ellas afectuosa deferencia.
        Recibirás la encomienda solicitada. Agregó a mi carta algunos pétalos de rosa, de la última que quedó en el rosal de la glorieta. Te acordarás así de las flores que ponía en tu cuarto; junto a los besos de tu padre, el recuerdo de los de tu mamá.

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