Capitulo 6

12.2K 933 195
                                    

Era la primera vez que sentía una sensación semejante. Ignorando el dolor y el ardor que siento entre mis piernas, puedo decir que me gustó más de lo que imaginé. Al principio sentí tanto temor por la experiencia, pero además por las altas probabilidades de ser identificada por él. Mis miedos fueron en vano.

Froto mis piernas para corroborar el dolor punzante que se quedó en mi piel, además del sutil aroma a sangre que resulta incomoda cuando caigo en cuanta que verdaderamente perdí mi virginidad y que Sasuke Uchiha fue el causante de ese acto.

Aun con la espalda sobre el colchón, gire mi cabeza para mirarlo. Sus ojos hicieron contacto con los míos. También noté su mano ensangrentada y fue fácil mirar su miembro tan manchado como su mano. Aún tiene un espeso color blanco en la punta y se sacude de vez en cuando. El calor en mi cuerpo se dispara y mis mejillas lo hacen saber.

Él sigue respirando agitado, su pecho musculoso sube y baja. Y yo estoy tan inestable como él, mis piernas tiemblan y no es por el frio. Mi respirar esta alterado tanto como el suyo.

Cuando estábamos en el acto, creí ver una pisca de ternura en su mirada, en su tacto y por supuesto en su voz. Pero ahora que me mira fijante, admito que veo al mismo arrogante que frecuenta la cafetería.

Me incorporo para evitar la vergüenza que poco a poco sentía dentro de mí. Levanté una de mis manos y cubrí mis pechos. Algo que se ocultaba con facilidad debido a su tamaño.

Me queje por supuesto, una punzada pico allá abajo y fue doloroso e incómodo.

Suspiro y parpadeo rápido solo para ver mi peluca tirada en el suelo. Sentí tanto miedo, vergüenza porque al final no solo frote su miembro, sino que además lo deje pasar dentro de mí. Me lamente por dejarme llevar a tal extremo. Era imposible que él no se diera cuenta de quien soy, si no único que cambia en mi ahora son el color de mis ojos.

—¿Por qué no te quitas los lentes de contacto?—dijo al sentarse a mi lado—. Todavía no terminamos y quisiera que fuera la camarera quien me frote el pene—¡Maldito!

Aunque quisiera correr, no podría hacerlo porque bien o mal el dinero lo necesitaba con urgencia. La cuenta hospitalaria no me creerá si digo que no quise seguir intimando con un imbécil.

Sasuke se mueve rápidamente y me somete debajo de su cuerpo. Mis manos caen sobre mi cabeza y me sujeta con fuerza a tal grado que siento dolor. Siento respirar rápido, siento dolor en mi intimidad cuando sus propias piernas abren las mías. No peleo cuando sé que perderé, cedo, y siento su miembro rozar mi sensible vagina.

Se desnudes y la mía se compactan bien, el calor de su cuerpo se traspasa al mío. Siento calor.

—¿Cuántos años tienes?—su intensa mirada es fascinante. Sus ojos me tienen hipnotizada.

—19 años.

—Por lo menos, eres legal. Es un alivio que podré darte duro sin remordimientos. Como da vueltas la vida. ¿No? Camarera. Hace un par de días estabas frotando mi miembro y diciendo estupideces y media, y ahora eres sometida por mi cuerpo desnudo.

—El que me hayas follado, no cambia lo que pienso de ti—dije molesta. Era un estúpido.

—No me interesa, voy a darte hasta para llevar, camarera.

—Mi nombre es Sakura.

—Sakura la camarera—sonríe—. No estas nada mal—mira mis pechos—. Me gusta que mis manos se acoplan a tus pechos tan bien—gimo cuando una de sus manos aprieta uno de mis pechos. Sonríe satisfecho.

Con los ojos fijos en los míos, el mueve sus caderas. Admito que el miedo al sexo se fue después de sentir el dolor más crudo de mi vida. Sasuke se acomoda y lentamente se desplaza dentro de mí. Arqueo mi espalda, aun duele y arde, siento mi piel interior quemarse. Me quejo.

Eres la única excepción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora