Capitulo 9

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Bajo la ducha me cuestioné ¿Qué rayos estaba haciendo yo para atraer a ese hombre? Él se comporta muy raro conmigo, algunas veces es grosero, otras es frio y arrogante y después se comporta tierno y me hace sentir que le importó. No soy ingenua, un hombre como él no puede sentir nada más que pena por una mujer como yo. El problema de todo esto es que me hace sentir cosas y eso me asusta.

Claro que me han gustado chicos otra veces, pero con Sasuke es diferente porque se trata de un hombre mucho mayor que yo. Ni en mis más grandes fantasías apareció algo como lo que vivo ahora. Su calor, sus besos me altera y para mi mala suerte aún tengo el calor de sus caricias muy vivas en mi memoria.

Quedarme en la ducha por siempre no era una opción ahora. Mi cuerpo dolía, pero al mirarme al espejo mis ojos se llenaron de lágrimas al ver los moretes y sin contar con el dolor punzante que aún permanecía en mi cara. En ese instante me sentí tan cansada de la vida otra vez. Ese sentimiento no tenía fin y realmente no le veía la salida. De nuevo me limpie las lágrimas sola, me anime sola y salí del cuarto de baño envuelta solo en una toalla roja.

Me quedé quieta con la espalda pegada en la puerta. Sasuke seguía aquí sentado en el mismo lugar donde lo encontré. No supe que decir, me quedé muda y enseguida sentí el sonrojo apoderarse de mis mejillas cuando sus ojos negros escanearon mi cuerpo de arriba abajo. Pasé saliva y fingí que nada me provocaba a pesar de que mis mejillas eran unas traidoras.

—¿Por qué sigue aquí?—cuestioné sin entender su terquedad por mirarme.

—Te llevaré a un hospital. No pienso darte así—respondió como si nada—. Esos golpes se ven serios.

—Estoy bien, no son graves.

—Eso no lo sabes—noté todas las intenciones de caminar hacia mí, pero por alguna razón aferro sus pies en el piso y paso saliva con dificultad—. No se discute, te llevaré a un hospital y punto.

—Te gusta ordenar mucho ¿no?

—Y también que se me obedezca—expreso con una sonrisa. Quisiera que sonriera conmigo siempre.

—Olvídalo—repuse dándole la espalda y enfocándome en encontrar ropa—. Yo no soy tu empleada o algo así para que vengas a mi casa a darme órdenes y esperar que obedez...

Sujetó mi brazo y me giró brusco, acorraló mi cuerpo contra el closet y en ese momento la toalla cayó al piso. El aire frio pasó por todo mi cuerpo desnudo y húmedo. Mi piel se erizo y suspiré también.

Sasuke sometido mis manos sobre mi cabeza y se acercó mucho a mi cara. Mantuvo en ceño fruncido y noté como apretaba ligeramente la mandíbula.

—Solo quiero ayudarte—dijo tenso—. No seas obstinada.

—Yo no pedí tu ayuda, solo quiero que salgas afuera y que arregles lo sé que sea que hayas hecho. No quiero morir y dejar a mi hermanito solo por tu culpa.

—Eso es lo que estoy tratando de hacer, arreglar lo que hice, pero tú no te dejas. No seas tan molesta y accede sin abrir la boca.

Eso fue lo hice, abrí la boca, pero por la impresión que me dio sus estúpidas órdenes.

—No quiero, y tampoco iré a ningún lado contigo.

—Mierda Sakura eres...—supuse que no se había dado cuenta que estaba desnuda. Sus ojos descendieron lentamente y observó mi desnudes—. Maldición que bella eres.

Y apareció esa otra parte de él que me acelera el corazón. Su bipolaridad me confunde mucho.

Su mano se posó en mi mejilla, acaricio lentamente y descendió por mi cuello con la yema de sus dedos. Cerré los ojos ante tal sensación, mi piel se erizo y no fue por el frio que podía estar sintiendo ahora. Su tacto es dulce y amable. Continúo descendiendo y lentamente llego a mi pecho donde su mano lo tomó de lleno y masajeo.

Eres la única excepción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora