TAIYŌ | UCHIHA ITACHI

17

1

Sellar un bijū era algo cansador. Llevaban tres días así, aunque en lugar de esperar que acabara pronto, Asuna esperaba que alguien llegara a rescatar a Gaara antes que la extracción estuviera completa.

Itachi y Kisame habían luchado con dos equipos de Konoha para darle más tiempo a Akatsuki para sellar al bijū. Asuna había oído que era con el equipo Kakashi y con el equipo Gai. Naruto había vuelto a la aldea y ya estaba al tanto de todo.

El cuerpo de Gaara cayó al suelo, sin vida.

—Ya era hora —murmuró Sasori.

—Al final nos tomó tres días y tres noches —agregó Deidara.

—Esto es bastante agotador, ¿no es así? —dijo el holograma de Kisame.

—Demonios, mis hombros están rígidos —se quejó el holograma de Hidan.

—Señores, buen trabajo —felicitó el líder.

Asuna bajó la mirada hacia el cuerpo inerte de Gaara, la información que había enviado a Konoha no había servido de nada. Ellos no habían evitado la muerte del kazekage, pero ¿por qué?

—Parece que se está armando un alboroto allá afuera —dijo Pain luego que se oyera un estruendo.

Los de Konoha habían llegado.

—¿De quiénes estamos hablando? —cuestionó Deidara—. ¿El grupo que retrasó a Kisame? O acaso será...

—Ambos grupos —murmuró Asuna, sintiendo varios chakras conocidos.

—Creo que llegaron un poco tarde —se burló Zetsu.

Luego de discutir un poco que harían, el líder tomó la palabra.

—Sasori, Deidara, ustedes se encargarán de esta improvisada misión —Asuna lo observó confundida, ¿por qué ella no estaba incluida en la misión?—. Asuna, tu irás por el nanabi.

Ella asintió.

—Sabía que nos tocaría esta misión a nosotros, aunque me gustaría capturar al siete colas —murmuró Deidara.

—Ustedes despacharán a los enemigos que están fuera, recuerden no tocar a Uzumaki Naruto. Los demás dispérsense.

Todos desaparecieron incluyendo la estatua que absorbía los bijū, dejando solo al equipo seleccionado.

—El siete colas, ¿eh? —dijo Deidara, mirando de reojo a su compañera.

—Partiré ahora mismo hacia Takigakure —ella resopló fastidiada.

Un estruendo interrumpió la conversación y la roca de la entrada se rompió en pedazos, levantando una nube enorme de polvo. Aquella fuerza monstruosa pertenecía a Haruno Sakura.

El humo comenzó a dispersarse, permitiéndole a Asuna ver al equipo de su hermano junto a una anciana a quien nunca había visto.

—Asuna... —pronunció Naruto, con voz temblorosa.

—Así que es cierto —murmuró Kakashi, su mirada reflejaba decepción.

—¡Intentaste asesinar a nuestra maestra! —gritó Sakura, con rencor—. ¡Ella siempre apostó todo por ti!

—Tsunade-sama me contó lo que supiste antes de dejar la aldea, estamos investigándolo —la chica puso atención a lo que Kakashi decía—. No sigas con esto, sabes que la venganza no te llevará a nada; tú misma sé lo decías a Sasuke hace algunos años.

Asuna sentía su corazón romperse poco a poco.

—Tú sufriste mucho cuando tu novio traicionó la aldea, viste todo lo que Sasuke sufrió por su culpa. ¿Porqué haces lo mismo que él?¡ ¿Por qué me haces sufrir de esta manera, Asuna?! —le gritó Naruto, con coraje y dolor en su voz.