- Espero que mi mamá aun no esté - comenzó a decir el pelinaranjo una vez que entró en su casa. Edd lo siguió de cerca.
- ¿Por qué no? - preguntó curioso
- Pues... - no pudo continuar ya que apareció una bella mujer de cabellera y ojos iguales a los de su alfa.
- Que bueno que llegaste tesoro - dijo de manera dulce la mujer mientras le daba un tierno beso en la frente a su hijo - ¿Qué tal todo en la escuela?
- Bien - dijo tranquilo - Te presento a Eddward, él es el omega del que les hable - dijo esta vez señalando al pelinegro con su mano. Cuando la mujer dirigió su mirada hacía él, sintió un poco de nerviosismo. La mujer no necesitó acercarse demasiado a él para que este notase que ella era una omega igual que él, y ya que la tenía de frente, pudo apreciar que Kevin había heredado prácticamente todo su físico. Su color de cabello y ojos eran de esta. Llevaba una cabellera larga y andaba vestida con un delantal de cocina encima de un vestido veraniego.
- Ooh... ¿Eres hijo de los Marion, no? - dijo acercándose a este mientras le daba una dulce sonrisa. Edd asintió nerviosamente ante la pregunta - Se ve que eres un omega muy lindo Eddward - El aludido solo pudo sonrojarse bastante.
- S-saludos S-sra Graells - dijo todo tartamudo, lo que trajo una pequeña risa por parte de la mujer.
- Mami... ¿Sabes a que hora llegará mamá? - preguntó un tanto aliviado al no sentir el olor de la alfa.
- Está a punto de llegar...y déjame decirte, no está de buen humor - su respuesta provocó un bufido por parte de su hijo.
No era la primera vez que Edd veía a las madres de Kevin, después de todo eran vecinos, y sabía claramente que eran una pareja conformada por una alfa y una omega. En la sociedad en la que vivían, no era del todo raro las parejas del mismo sexo, en especial si se trataban de un alfa y omega. Por otro lado, para que la omega pudiera describir las emociones de su esposa, significaría que se encontraban unidas por el lazo, y según los estudios de Edd, solo parejas de omegas y alfas bastante compatibles lograban ese tipo de unión, uno tan poderoso como para poder conocer las emociones del otro. No era algo del todo común.
Prácticamente al minuto que la omega hablara, la puerta principal de la casa volvió abrirse, y de está entró una atractiva mujer, de cabellera corta y de un color muy claro. Vestía de traje y expedía un olor bastante hipnótico para Edd, casi se le podía comparar al de Kevin, solo casi. La alfa ingresó y saludo amorosamente a su esposa, a pesar que al entrar se veía realmente de mal humor, pero luego se detuvo al sentir otro dulce olor.
- Oohh así que este "tú" omega ¿eh? - preguntó a Kevin con una sonrisa mientras se acercaba bastante a Edd, provocando que este comenzara a intimidarse fácilmente. Al pelinegro le dio la impresión de que esta lo estaba olfateando, y prácticamente quedó paralizado, no sabía realmente que hacer.
- Si, así es - dijo para luego tirar del brazo del omega, pegándolo a él. De alguna forma se sintió avergonzado de reaccionar así con su madre, sabía que ella no haría nada, pero no pudo evitar que su cuerpo se moviera de esa forma. Su alfa enfrentaría a cualquier alfa.
Se escuchó una risa estruendosa.
- Ya tengo a la mía, no te preocupes - dijo divertida su madre alfa, mientras Kevin solo se sonrojaba - Dentro de todo, esa es una buena reacción. Puede que realmente sea tu pareja destinada Kevin - dijo con una gran sonrisa, como si las actitudes de su hijo fueran de lo mas divertidas - Aun así...¡No debiste haber ido a la casa de este omega sin avisar con anterioridad! ¡No me importa que sea tu destinado o alguien a quien acabas de conocer! ¡¿Qué clase de alfa eres?! ¡Debiste haber dejado alguna nota! ¡Nosotras no te criamos así! ¡¿Sabías lo preocupada que estábamos?!

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Mi omega
FanfictionEdd es un omega el cual, como todos los omegas, sufre de discriminación y acoso por parte de los alfas. Pese a esto, no puede ir en contra de su naturaleza y sufre su primer celo ¿Que sucedería si cierto alfa de cabello naranja lo encuentra en pleno...