Siempre había ansiado esos días de lluvia. No tenía que fingir una sonrisa, pues su cara, empapada, disimulaba las lágrimas que se deslizaban por sus moradas ojeras y esas rosadas mejillas.
Miraba al cielo, con auriculares en esas pequeñas orejas, y gritaba por dentro, desgarrándose.
Su alma quería salir de ese cuerpo tan pequeño, y su corazón quería comerse el Mundo, pero no podía. Sentía una gran impotencia al no poder cambiar esas acciones que transcurrían a lo largo de su vida.Solo quería gritar, gritar de dolor, pero no lo hacía, guardaba todo el dolor para ella, no quería dañar a nadie más.
Así que cada noche, se estiraba en su cama, empapando la almohada de lágrimas, pidiéndole a las estrellas infinitos deseos sabiendo que ninguno iba a cumplirse.
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Charcos De Seda
PoetryTodos nosotros sabemos muy bien qué se siente cuando no nos queda ni el recuerdo de lo que fuimos antaño. Este es el resultado de años nadando contracorriente, cuando el único salvavidas era una hoja de papel y un bloc de notas. Cuando las promesas...