Barriletes

973 66 71
                                    

«Guille no despierta» Las palabras de Lillie plasmadas en un mensaje de texto a mitad de una clase aburrida de primera hora de lunes hicieron que Serena se atorara con su propia respiración

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«Guille no despierta» Las palabras de Lillie plasmadas en un mensaje de texto a mitad de una clase aburrida de primera hora de lunes hicieron que Serena se atorara con su propia respiración. Había estado imaginando que de un momento a otro lo verían corretear en el recreo, acosando desde las sombras a alguna de las chicas de primero con su cámara fotográfica de alta tecnología. «es extraño, Gladio se pasó toda la noche con él... parece tenerle más aprecio del que imaginaba.»

«¿Qué dicen lo doctores?»

No había una razón en particular por la cual la pequeña rubia debiera saber la respuesta, no obstante la susodicha no tardó en contestar «Que todo lo que podemos hacer es esperar y poner nuestras mejores intenciones lo que sea que creamos porque las probabilidades de que despierte son muy bajas». La pelimiel desvió la mirada para no seguir concentrada en esos tristes pensamientos dirigiéndola hacia la profesora de geografía y la observó unos instantes hablar de las diferencias entre una planicie y un altiplano cuando su celular volvió a vibrar: « Él pidió que también nosotras dos pasáramos por el hospital.»

«¿Él? ¿Te refieres al doctor?»

«Gladio.»

—Oh... —susurró por lo bajo. Sin saber exactamente el motivo, oírla mencionar a su hermano le sonó más a una crítica que a una petición. Habían pasado casi dos días desde el enfrentamiento en la plaza y aún no había dedicado un tiempo a visitar a aquel entrenador cuya vida pendía de un hilo.

Los mensajes continuaron brevemente hasta acordar ir a verlo esa tarde al salir del colegio, y con esa promesa tan simple regresaron el hilo de sus pensamientos a la aburrida clase que ya se cobraba el sueño de varios de los estudiantes.

Concluido el horario escolar, ambas muchachas subieron al auto de Lillie y se dirigieron al hospital intentando aminorar lo pesado del clima jugando a imitar pokemón y adivinar de cuál se trataba. Los azulejos blanquecinos de las paredes del hospital invitaban al silencio y el atravesar el largo pasillo repleto de transeúntes cabizbajos con gestos un tanto huraños las hizo sentir algo incómodas, mas todo eso cambió al llegar al cuarto donde se encontraba Guille y encontrarse con que Gladio y Satoshi se encontraban junto al muchacho inconsciente.

—No pueden estar aquí, sólo se permiten dos personas —reclamó El mostaza, pero las chicas le restaron importancia a sus palabras.

—Sólo serían cinco minutos, después saldremos y te dejaremos sólo con tus novios —repuso Serena acercándose a Guille, ignorando deliberadamente las estupideces que empezaron a decir ambos muchachos para inquirir con tono acusador— ¿Qué hacían ustedes practicando baile en la plaza?

—¡Sí! —reaccionó Lillie olvidándose por completo dónde se encontraba—, ¿y qué hacías tú con mi hermano?

—Oh, bueno, lo que pasa es que... bueno, yo... o sea, nosotros.

—Deja de balbucear como tarado —Lo frenó Gladio—, Satoshi quería aprender a bailar para poder hacer presentaciones como Serena y yo me ofrecí a enseñarle mi espectacular estilo emo.

Enamorada de su profesor (SatoSere)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora