†SerVamp† (Lectora)

Misono Alicein

Buena compañera

Es una tarea simple lo que debe de hacer, nada del otro mundo, algo cotidiano se puede decir, tan sólo dejar los apuntes de hoy a Misono ya que como de costumbre se ha enfermado y no ha podido ir a la escuela, pero realmente esta nerviosa de tener que ir a la casa del chico Alicein a buena hora se ofreció para entregar los apuntes, y es que nadie se ofrecía poco les importaba que él niño rico estuviera al día, ella no le gusto la actitud de sus compañeros y queriendo hacer una buena obra se ofreció para entregarlo ella misma. —Tranquila, tocas, pasas, entregas y te vas.—Decia para ella misma la chica uniformada, trayendo consigo su mochila y cargando algunos papeles, los cuales entregará, aun no puede creer que sigue temblando y titubea para tocar el timbre de aquella enorme casa que bien puede ser una mansión, simplemente espectacular, ahora mismo se siente inferior, pues aunque sabía y la familia de Misono es rica no creyó que lo fuera tanto.

—Una compañera de Misono.—Una voz angelical masculina la sacó de su trance de dudas, para así levantar su vista y toparse con un hombre rubio realmente guapo, sus mejillas se prendieron por un momento al verlo, se pregunta si será un familiar de él, ¡perfecto, le dejará los apuntes a ese hombre!, pensó así no tendrá que confrontar a su compañero, no es como si no le agradara solamente se siente tímida y se siente pequeña al lado de él, ya que ha visto como se comporta él chico con cabello de antena, con esa mirada severa llena de seriedad, se intimida de tan sólo escuchar su voz o verlo es como ver un chico que quiere comportarse como un adulto, y además según la joven parece tener cara de pocos amigos, piensa que los escoge o algo por estilo por eso jamas se ha atrevido a hablarle. —¿Y bien?.~—La voz que empezó a canturrear la saco de sus pensamientos, se sintió apenada ya que sin querer ignoro a aquel hombre de buen ver por algunos segundos o minutos.

—¡S-Si lo soy!... Una compañera de Misono, quería darle estos apuntes.—Mostro aquellos papeles al hombre extraño, quien mantiene una mirada tranquila a la vez que sonríe un poco. —Si no es mucha molestia... —Y de repente la gran reja es abierta, cosa que sorprendió a la chica y la interrumpió para terminar de hablar.

—Ja. Seguro Misono se pondrá contento con esto, vamos pasa, te conduciré hacia su habitación. —Comento él rubio, mientras muy disimuladamente bajaba un poco su sacó, típico del SerVamp de la lujuria. —Por cierto mi nombre es Lily.—Dijo con una agradable sonrisa que hizo sonrojar a la joven, de verdad se trata de un hombre muy atractivo con muy buenos encantos, se siente avergonzada al no poder controlar el calor de sus mejillas aunque mientras mas lo ve, mas siente como la ropa va descendiendo de su cuerpo, parpadea un par de veces pensando que ve mal, pero no es así.

—A-Ah.—Queria decir algo, pero no podía aun estaba hipnotizada, piensa y ella esta en su etapa donde las hormonas están muy alborotadas. —Yo...—Pero antes de siquiera presentarse él se detuvo frente a una puerta donde toco dos veces.

—¡Largo!.—Reconocio aquella voz sin duda es Misono, quien se escucha algo molesto.

—Ha venido tu compañera ha dejar unos apuntes.—Menciono Lily, quien seguía sonriendo tomando poco importancia hacia la reacción de su Eve, y ya no se escucho nada al decir eso, la chica piensa que no la quiere ver o le resulta fastidioso que una compañera X venga a su casa.

Mas esta equivocada, al otro lado esta un chico ansioso y entusiasmado por lo que acaba de escuchar, ahora se siente mal por haber gritado ¿que tal si la asusto?, piensa el mientras revuelve sus cabellos morados, pero rápido se tranquilizo, debía actuar natural, como cualquier estudiante que es visitado por su compañero para dejarle la tarea.

—Sera mejor si me voy y se los dejó...—Declaro la joven, queriendo entregar los papeles al SerVamp, quien al principio los iba a aceptar aunque sin emoción alguna, pues pensaba que hubiera sido genial y su Eve formara mas amigos (aparte de los que tenía gracias a que se involucró en su mundo).