Cuidemos nuestra reputación

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Un hombre de honor practica lo que enseña, sabiendo que sus acciones hablan más fuerte que su propia voz...

y de esa manera cuida y mantiene y garantiza una buena reputación, sabiendo que esta es como un castillo de naipes, que una leve brisa puede destruir todo lo con esfuerzo a logrando construir.

Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. Colosenses 2:23

Robin Alexander.

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