Orgullo II

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-¿Otra vez tu?- pregunto con irritación el cobrizo al ver a un castaño sentado en su escritorio.

Ese día no había despertado de buenas y lo último que quería ver era al hijo de su jefe molestándolo como las otras veces. En las últimas semanas el castaño había estado molestando a cada momento, en su oficina, en el comedor, en la calle, podía apostar que a esas alturas lo veía hasta en la sopa, el muchacho le parecía muy molesto y sumamente irritante, lo único que deseaba es que se fuera al carajo y lo dejara en paz.

-Hola cariño- dijo guiñándole un ojo de manera coqueta.

Ese gesto se le hizo ridículo al mayor, ¿en que pensaba ese tipo? desde la reunión le habia empezado a decir cosas por el estilo, podría apostar que el sujeto intentaba ligarlo, lo cual era razonable, mas de uno lo habia intentado, ¿pero porque hacerlo de una manera tan ridícula?, lo hacia ver tonto.

-Salte de mi oficina Xavier- el castaño sonrió, le gustaba como sonaba su apellido en sus labios- salte o llamare a tu hermana- la sonrisa se esfumo con todos sus ánimos de coquetear, si Erik llamaba a Raven seguramente se burlaría de el y ya no quería eso.

-Como quieras, tu te lo pierdes- le dijo resentido antes de salir de la oficina del cobrizo azotando la puerta.

Erik se dejo caer en su silla, agarrándose la cabeza, ese tipo lo iba a volver loco y no de la manera bonita. 

-Déjame adivinar, te volvió a correr- Charles rodó los ojos al escuchar la voz irritante y burlona de su hermana.

-No me corrió, yo me salí- justifico el castaño algo molesto.

No entendía porque el cobrizo no caía, habia intentado lo que normalmente hacia con los antiguos empleados: palabras bonitas, regalos tontos y estos babeando por el, estaba lejos de su comprensión porque el cobrizo no cedía y se negaba a creer que su persona fuera el problema... el era atractivo: castaño, ojos azules, piel clara y bonita, buen cuerpo... ¿quien podría resistir a su encanto?

-Como digas- dijo la rubia aun burlándose- por cierto mañana ira a la escuela, tal vez ahí puedas jugar tus cartas- el castaño la vio extrañado, ¿su hermana lo estaba ayudando?, si debía estar muy mal como para recibir su ayuda- en serio hazlo, ya quiero ver como Erik te ignora- dijo entre risas la chica, Charles la miro con algo de odio.

  *-*-*-*-*  

La escuela que pertenecía a los Xavier era realmente grande y muy hermosa, no solo por la estructura de la casa, si no por los enormes jardines que adornaban toda la mansión. Erik camina quedando cada vez mas maravillado a cada paso que daba, siempre habia soñado con entrar a la Mansión cuando era niño y se habia alegrado mucho cuando descubrió que la habia re-modelado para que fuera una escuela, habia sido una lastima que para ese tiempo el ya no estaba estudiando.

Los niños y algunos jóvenes corrían por los pasillos, mucho ruido y risas sonaban entre las paredes, ese lugar era mágico, una niña choco contra el cobrizo y se sintió orgulloso cuando esta le pidió disculpas y le llamo profesor, este solo le acaricio la cabeza y la mando a su salón. Esa escuela estaba seguro que era una a la que cualquier niño o joven desearía regresar todos los días, sonrió, su director seguro era alguien dedicado y responsable, no lo podía imaginar de otra manera al ver tanta alegría, entusiasmo y orden a la vez.

La campana que anunciaba la siguiente clase sonó y los estudiantes empezaron a ir a sus respectivas aulas, Erik siguiendo su ejemplo empezó a caminar rumbo a la oficina del director de la escuela, que casualmente se encontraba en un aula llena de libros, habia escuchado por los pasillos que el director era alguien educado, y que estuviera la mayor parte del día  en su oficina, seguro se nutría de información día a día.

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