Te soñaba,
Te leía repetidas veces,
Te releía y cada palabra tuya la metía muy hondo,
en mi corazón.Te respiraba, al caminar te traspasaba,
Como si mi mismo espacio ocaparas, tocaba tu cara y sentía la tibieza de tu piel.Eras motivo
de mis más locos
Pensamientos, te deseaba, hasta el extremo de sentir que me consumía en cenizas al rojo vivo desde dentro.Me transmitían tus palabras
Tanto deseo que al escuchar la campanilla del maldito móvil ya mi cuerpo se cimbraba y
Empezaba si haberte leído aún a humedecerme.Te esfumaste y sin querer
Dejaste en mis ojos
La última chispa de la juventud,
Impregnada en mi piel la lozanía de quien goza de amor,
En mi carne las ganas de consumar mis más retorcidos sueños, en los cuales sin darte cuenta protagonizaste tantas y tantas y tantas veces, ahora como ayer.