!¡ Senpai's loli !¡

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* * *

Los labios de JiMin se curvaron en una inmensa sonrisa al ver la mueca de sorpresa que su hyung cargaba.

Estaban en frente de su casa, una mansión en los barrio más caros de toda la ciudad y a JiMin le encantaba como la boca de su hyung no podía cerrarse por el asombro.

Tomó el antebrazo de su hyung con la mayor confianza del mundo y lo llevó hacia la entrada de su casa.

-J-JiMin tu...

-¿Hm?, ¿que ocurre, hyung?- preguntó mientras sacaba su llavero, donde, YoonGi estaba seguro, tenía más de diez llaves decoradas con pegatinas o pequeños diamantes falsos. Eligió una llave blanca de la que colgaba un moño de tela celeste y luego abrió la puerta.

YoonGi observó con sorpresa todo aquello y escuchó una suave risa de parte de JiMin. Este avanzó hacia él, agarrando su brazo y dirigiéndolo hacia una gran cantidad de puertas, hasta llegar a una escalera amplia y luego adentrarse aun nuevo pasillo lleno de puertas.

-Nunca me dijiste... nunca comentaste que eras hijo de un multimillonario.-susurró mientras veía como pasaban por una habitación completamente vacía pero totalmente cuidada, con una mesa en el centro y un florero vacío arriba de ella.

JiMin dejó de caminar de repente, cosa que desconcertó a YoonGi. Dejó de tener aquella sonrisa que abultaba sus mejillas sonrosadas y le dirigió una mirada sombría. Sus manos aflojaron el agarre en su brazo y sus labios se fruncieron.

-¿Eso hubiera cambiado algo, hyung?

YoonGi frunció su ceño y entrecerró sus ojos.

-Claro que no, idiota, sigues siendo un pervertido con cara de bebé.

JiMin sonrió ante aquella respuesta y suspiró mientras reforzaba su agarre en el antebrazo de su hyung y lo guió hasta una puerta marrón enorme al final del pasillo. Dejó de tomar su brazo y sacó otra vez el llavero, esta vez usando una llave dorada. La metió a la cerradura, sin embargo esta no abrió.

A YoonGi le pareció increíble que JiMin tuviera tanta fuerza como para mover la pesada puerta en su vano intento de abrirla.

A el tercer intento, YoonGi se acercó y tocó su hombro. JiMin, con un pequeño sobresalto, se giró de inmediato y miró a YoonGi con una expresion avergonzada y con una sonrisa tímida en sus labios mientras sus mejillas estaban sonrojadas y sostenía la mano de YoonGi que antes había estado en su hombro.

-Hyung... si usted quiere...- se acercó más (demasiado) a YoonGi y su mano se dirigió hacia la cadera del mayor, tanteando en la cintura de sus pantalones.-...podemos dejar las matemáticas y podríamos...- su mano se anredó adentro de la cintura y apoyó su cabeza en su hombro.-...practicar un poco con lengua*.-acercó su boca lo más quqe pudo a el cuello de su hyung y suspiró allí, esperando obtener una respuesta.

Pero no.

No, su hyung solo lo miraba con una ceja alzada y los brazos a los costados de su cuerpo. JiMin frunció el ceño y llevó su mano hacia los boxers de su hyung y este...

Su hyung estaba tan blando como una anguila...una anguila blanda.

YoonGi solo pudo pensar que todo aquello había pasado gracias a un toque en su hombro... ese niño estaba loco.

Bufó y se alejó de él, extendiendo la llave dorada y poniéndola en la palma extendida de su hyung. YoonGi puso la llave en la cerradura otra vez y giró en la dirección contraria en la que JiMin había estado empujando.

-¡Wow!, ¡hyung es tan inteligente!- chilló mientras se acercaba a su brazo y se colgaba de él.

YoonGi solo bufó.-Una cosa es ser inteligente y otra muy diferente que seas un tonto.- murmuró mientras agitaba su brazo, tratando de que JiMin se despegara de su brazo.

El rubio lo soltó con una risa que hizo que a YoonGi le diera un tic en el ojo izquierdo por todas las veces que la había escuchado en el día.

Alguien dígale a este niño que deje de brillar.

JiMin empujó la puerta marrón, dejando ver lo que parecía una biblioteca... una biblioteca privada.

-Este es el estudio de papá.- el rubio avanzó y YoonGi lo siguió, sin despegar la vista de la cantidad de libros que habia, también había algunas columnas que tenían aperturas, donde había aún más libros.

JiMin lo guió hacia un rincón de aquel lugar, donde había una escalera de caracol. El rubio pasó primero, haciéndole una seña para que subiera detrás de él. Mientras subían las escaleras, de vez en cuando JiMin volteaba para ver si su hyung podía notar que estaba, prácticamente, restregando la magnífica herencia de su madre -o sea su trasero- en su rostro, sin embargo este estaba muy ocupado sorprendiéndose cada cinco minutos por la mínima cosa llamativa.

JiMin soltó un suave bufido. Quizá no fue una muy buena idea traerlo a su casa.

Cuando llegaron a el segundo piso de la biblioteca - o el estudio del padre de JiMin- , YoonGi notó una pizarra para felpones con muchas ecuaciones -YoonGi podía ser muy inteligente, pero eso era algo que él no entendería en un millón de años- y cosas que parecían importantes esparcidas en un escritorio que estaba delante de él.

Observó a JiMin dar saltitos hasta el escritorio y, como si no importara, tiró todos los papeles que estaban sobre la madera.

YoonGi observó como borraba las ecuaciones del pizarrón con la boca abierta.

-¿Eso era importante, JiMin?

JiMin dejó de borrar para mirar, por un momento, un punto fijo del pizarrón. Luego miró a YoonGi con los labios estirados y se encogió de hombros.

-JiMin tu...

-¡Agh! hyung se queja demasiado.- dijo acercandose hacia su hyung y tomando su brazo- por milésima vez en el día- y llevandolo hacia la silla que estaba delante del pizarrón y detrás del escritorio. Lo sentó y le sonrió de manera pícara.

-¿Que te ocurre ahora?

JiMin soltó una risita y se inclinó delante de su hyung, mientras sus manos paseaban por el pecho de este y jugaban con el nudo de su corbata.

-Hyung... es como si...- volvió a soltar otra risita, mientras su mano derecha seguía entretenida con la corbata y su izquierda bajaba a su regazo.-... usted fuera mi profesor, ¿no?

YoonGi titubeó, fingiendo no darse cuenta de el doble sentido en las palabras del menor.

-Si, supongo que si.

JiMin lo miró con un puchero y acercó su rostro a el del pálido, haciendo que este frunza el ceño.

-Deja de jugar, Park, ¿no querías que te ayudara a estudiar? Estoy perdiendo el tiempo con tus tonterías.

Por un momento, YoonGi pensó que se había pasado, porque un destello de tristeza pasó por los ojos de JiMin. Sin embargo, este se levantó de repente, poniendo sus manos en sus caderas, como lo hacía cada vez que estaba decidido a hacer algo.

-¡Esta bien, hyung!- dijo con una voz extremadamente infantil.- Voy a ponerme ropa cómoda, usted acomódese y prepare las cosas, ¡ya vuelvo, no me extrañe!

YoonGi suspiró mientras se recostaba en el asiento. Por alguna razón, presentía que no saldría de allí como había entrado.

* * *

Senpai  ☽☾y; mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora