inerte

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El cielo estaba despejado, cubierto de un azul brillante, alegre y calido. No había ni un solo rastro de que callera la lluvia o de que se nublaría, de echo podía asegurar que, durante toda la semana el sol saldría y sería brillante.

Por última vez miré la casa en la que vivía, recordé el rostro de mi madre y después de soltar un suspiro miré el mar azul, el mar que probablemente se había llevado el cuerpo de mi madre junto con su alma.

-Joder.

Cuando me di cuenta mi pierna ya estaba en el aire, después fue mi torso y, de último mi pierna izquierda. El aire golpeó con fuerza y se llevó volando la bufanda blanca que hace unos días encontré en la orilla.

Tal vez no quiere volver ahí.

Un fuerte dolor azotó mi cuerpo, sentí el crujir en mi cuerpo y el frio recorrer mi cuerpo. Una ola me cubrió y después se marchó.

[...]

El brillo del sol y el calor abrumador se me hizo presente en el cuerpo, una suavidad recorrió mi brazo derecho y unas... manos, unas manos tocaron mi cara, me incorporé y vi la orilla del mar, la arena blanca y plumas enormes, cubriendo mi brazo.

Que me jodan.

¿Es que no me maté?

Estoy seguro que no me drogué.

Me di la vuelta y busque a mí alrededor a la persona que puso las plumas en mi brazo

Una persona tienes que ser ¿no? porque estoy seguro que no fue por obra del espíritu santo.

No tuve que buscar mucho, pues la persona responsable estaba a mi derecha, mirándome fijamente, con los ojos acaramelados que eran interrumpidos por el cabello castaño esparcido por su cara.

Es una loca.

No decía nada, no se movía, no parecía viva.

Ella estaba inerte, sentada en la arena fina de la orilla del mar, sosteniendo una gran cantidad de plumas en sus manos, las cuales parecían venir de su espalda.

Mantuve la mirada en ella, pero al parecer el que más incómodo se sentía era yo.

-¿Sabes hablar no?-

Esperé unos segundos, pero no habló.

Genial, una loca más en mi vida.

-No me mires como una loca, solo quería ver tu reacción- Sonrió

Loca

-Pues esa es la reacción normal de cualquiera-

-no, no lo es- acomodó sus mechones detras de su oreja- Te acabo de salvar y me miras como una loca, eso no es normal- Mueve su cabeza repetidas veces diciendo "no"

-Yo no quería que me salvaras-

-Bueno, pues tu intento de suicidio falló, lo único que estabas consiguiendo era quedarte tirado en la arena con el dolor del universo, morirías pero de hambre- Su voz sonaba demandante, alegre y extrañamente tonta

-Mocosa inútil-

-Mocosa, pero no inútil- se cruzó de brazos- Recuerda que te salvé, eso es ser nada inútil-

[El fue encontrado en la costa, lo que en realidad le pasó fue que rodó por una bajada hasta dar con un par de rocas que lo dejaron inconsciente, una mujer que limpiaba la costa lo encontró poco después. El aseguró que era tan bella el mar cristalino.

"Su voz era como el canto de las sirenas, yo era el marinero" ]

Gracias por leer! Esta no es una historia larga, por lo que no esperen que lleguen a tener hijos, ya que... bueno mejor los dejo

Ángel(Levihan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora