Capítulo 2

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Búsqueda

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Me detuve un momento mientras acariciaba a Wölfin y empecé a pensar en todo lo que había pasado hasta llegar a este instante que podría llamar paz. No comprendía el tiempo como los demás, podía entenderlo y saber cómo funcionaba.

Sentía que las personas era infelices, siempre viendo un reloj u observando calendarios y colocando fechas para cosas que ellos creían importantes. Sonreían sin sentir felicidad y trabajan sin ser felices en lo que hacen. Solo buscando un trozo de papel para conseguir cosas efímeras que tampoco los hacían felices, era confuso y a la vez decepcionante ver como lo hacían todo mal buscando la felicidad siendo infelices en el proceso. Más que confuso, era ilógico.

El general rojo me había convencido de acompañarlo, nunca me tocó después de la pelea y yo también lo evitaba, me daba miedo, el único contacto físico que conocía era la defensa y el asesinato y temía matar a la persona que me había ayudado tanto.

Me traía libros y me ayudaba con las palabras que no comprendía, en meses podía leerlos por mi misma, nunca me quitaba las gafas a menos que la oscuridad a mi alrededor fuera absoluta. A veces él hablaba por algo a lo que llamaba teléfono y sobresalía una gran sonrisa y felicidad o a veces parecía muy concentrado. Con cada libro que leía, me sentía más cerca de la vida. Conocimientos nuevos reemplazaron los viejos. Las historias de personas loables, del mal en el mundo, de las excepciones y las segundas oportunidades.

Había más esperanza en el mundo de lo que alguna vez pudiese llegar a recordar, pero cada vez notaba que la esperanza se hacia mas difícil de ver, pero allí estaba y solo los valientes podían encontrarla.

Las pesadillas asomaban todas las noches y si el general rojo intentaba acercarse para despertarme, lo dejaba mal herido e inconsciente. Al entrar en razón no sabía como solucionarlo así que me limitaba a hacer nada, solo me sentaba junto a él a esperar que despertara, sentía culpa pero él siempre despertaba con una sonrisa desorientado por el dolor y susurrando:
-Mejor yo que tú.

Las pesadillas se hicieron menos frecuentes, la necesidad de pelear también, Wölfin ayudaba mucho, era parte de mi pasado, pero era quien me recordaba lo único bueno de este, una razón para haber sobrevivido tanto tiempo. Wölfin Estaba enorme, pesaba mucho, la eduque como a los demás lobos, para que siguiera mis órdenes y entendiera mi vocabulario, después de todo, no era una loba normal, había sido alterada genéticamente como yo, solo que a ella le enseñaría a controlar sus instintos y no a usarlos libremente como me habían enseñado o más bien torturado para aprender.

Creí que solo mi pasado oscuro podía ser todo lo malo que experimentaría en mi vida, pero el mundo puede ser una lugar cruel, despiadado y lleno de sufrimiento. A veces crees encontrar el lugar donde perteneces pero te levantan sin que te des cuenta, destruyen ese lugar, te lanzan en otra dirección donde sólo puedes sentir desorientación, anhelo de lo que tenías y ahora perdiste. Creía que el mundo alguna vez tuvo luz, pero cuando me llevaron a ese lugar y experimenté la oscuridad, empecé a sentir que el mundo era un lugar oscuro.

Una noche estaba ansiosa por algo, no sabía que, pero debía salir, era algo que quemaba en mí. Espere a que el general rojo se fuera a dormir y salí por la puerta sin hacer ruido, después de todo, mi cuerpo era demasiado liviano, aún era difícil moverse sin las cadenas pero poco a poco me acostumbraba. Tomé una sudadera y me coloqué la capucha cubriendo mi cabeza. Le dí a Wölfin la orden de quieta y a dormir.

Empecé a caminar por las calles de la ciudad, era un mundo diferente de noche, las luces de los locales eran molestas así que caminaba con la cabeza hacia abajo, sentía una presión en mi pecho, era difícil respirar, necesitaba algo y tenía que encontrarlo.

División De Almas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora