Capítulo 02

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|Sake, excesivo sake|


23:05 P.M

Las estrellas habían comenzando a brillar desde hace ya un par de horas.

Insistentes, iluminaban cierta casa que estaba hecha un mismísimo caos.

— ¿¡Cómo pueden beber esto!? —exclamó cierto pecoso que mantenía su nariz arrugada junto con un leve ceño fruncido apenas probó por primera vez aquel trago que cierto rubio ceniza había insistido tanto en servirle. No lo dudó y apenas probó semejante barbaridad lo depositó con suavidad e incomodidad sobre aquella mesa brillosa de mármol.

—Sólo bebe, jodido Deku. —ordenó Katsuki en respuesta a la reacción del pecoso. Entonces le encimo nuevamente la jarra con alcohol que Izuku había dejado sobre la mesa segundos antes.

Lo hizo con tal brutalidad que provocó el derrame de aquel sake sobre la mesa.

Katsuki sintió la mirada esmeralda observarle con miedo.

— ¡Que no le obligues a beber, maldita sea! —exclamó Mitsuki molesta, dejando de lado la animosa conversación que mantenía con Inko, otra vez. — ¿Qué es lo que pensará Inko por tu actitud, idiota? —preguntó, algo avergonzada por el qué diría su amiga.

— ¡Nada, nada! Cariño, bebe. —dijo sonriente la peliverde, moviendo sus manos en señal de que le obedeciera y a la vez animando a su hijo de manera totalmente inconsciente que bebiera esa brutalidad que le estaban sirviendo.
Cabe destacar que sus mejillas como también orejas y nariz estaban completamente rojas.

— ¡P-pero mamá! —exclamó Izuku, ya exhausto de aquella situación.

Mitsuki suspiró preocupada. —A ver... Hagamos esto más fácil. —intervino levantándose. — ¡Ah, pero con razón, serás imbécil! —gruñó la mayor, pegándole un manotazo en la nuca a su hijo. — ¿¡Cómo mierda es que se te ocurre servirle algo tan fuerte!? —exclamó, señalándole la botella ahora vacía de sake, molesta.

—Los hombres de verdad lo bebemos. —respondió Katsuki, bebiendo un vaso lleno con rapidez, como si sólo de agua se tratase.
—¿Vessss? —formuló de manera orgullosa y borracha, clavando su mirada desafiante en la mirada de la madre.

—Los hombres de verdad mis tetas. —respondió la mayor, ante esto. —No te preocupes cariño, Masaru te traerá algo que te encantará. —dijo sonriente observando ahora a Izuku quién estaba quieto en su asiento con notoria incomodidad.

No espero más y comenzó a hacerle señales a Masaru quién ya se encontraba seleccionando los licores para preparar el trago.

Izuku asintió de manera leve y simplemente procedió a concentrar la vista en los poco interesantes cuadros de frutas que yacían colgados en la pared. Necesitaba ignorar de alguna manera la mirada asesina carmín que estaba enfrente de él.

Aveces no entendía qué era lo que provocaba tanta molestia en su compañero. Realmente le agotaba pensar en ello y le agotaba aún más tenerlo al frente haciendo aquello.

—Ten, sabe a limonada. —dijo Masaru, extendiendo una copa verde claro, con una torreja de limón clavada a un lado. —No te avergüences, a mi también me gusta mucho. —Le sonrió, sentándose a su lado, también con un trago idéntico.

— ¡Oh, muchísimas gracias, señor Masaru! —exclamó el pecoso, sonriente. —Y lamento mucho las molestias.

—Solo pruébalo y no te preocupes, tú no eres una molestia para nada. —dijo el castaño, observando al pecoso de manera amigable y amable. De pronto desvío la mirada con pesadez, enfrentando a aquella silueta rabiosa.
—Katsuki, ¿podrías dejar de mirar de esa forma a Izuku?

Mutua borrachera ¦KatsuDekuKatsu¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora