Capítulo 03

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|Salvajismo y deseo|

01:45 A.M

Había terminado botando todo el dinero que le había dado su madre, el cual en un principio era para comprar mani y unas cuantas cervezas.

Algo que la verdad, le valía mil hectáreas de verga.

—Quieeero mi mamá. —rogaba Izuku casi tirado en el piso, haciendo un gran esfuerzo para mantenerse de pie, algo que claramente no había podido conseguir.

En cuatro patas se hallaba como perro enfermo, moviéndose de un lado a otro afirmándose de la pierna de Bakugou.

Los evidentes tambaleos y gritos de Katsuki solo provocaba que las miradas curiosas y somnolientas de los vecinos se clavaran en ambos para observar qué demonios estaba sucediendo.
— ¡Yaa cállate, imbéeecil!  —balbuceó el otro en respuesta, esforzándose en escoger la llave de las quince que tenía en su puto llavero.

Una era de la casa de su maldita madre, otro de la tía que no veía hace mil años, la otra era de su cuarto oculto y la otra…  

¿¡Por qué mierdas estaba observando y recordando cada llave que tenía en su maldito juego de llaves!? Al demonio, pensaba.

Escogió con dificultad la llave de su departamento y entonces observó que el estúpido de Deku empezaba a bajarle los pantalones de una pierna de lo malditamente firme que tenía sus brazos alrededor de su pierna.

— ¡YA SUÉLTAME MALDICIÓN! —exclamó con esfuerzo, intentando modular al máximo para que se le entendiera lo que quería decir.

El viaje le había subido aún más la borrachera, sobre todo al salir del taxi al pasar una ventizca.

Ya casi le costaba hablar bien y eso era muy difícil que le sucediera.

Esta vez se había excedido, pero le daba igual.

— ¡Kucchan, regreseeeemos donde mi mamá! —chillaba el otro aún sujeto a la pierna del rubio.
— ¡Kuucchan!

Katsuki se dio un duro golpe contra la puerta, intentando controlar su ira. No quería golpearlo frente a los estúpidos que miraban como si su vida dependiera de ello.

Luego soltó un fuerte chasquido e intentó meter la llave de mierda con la mano derecha mientras que con la izquierda se subía el puto pantalón.

Ya se le estaba viendo el bóxer y un poco de su trasero por culpa del estúpido de Deku.

Está mierda no para de moverse. Gruñó a sus adentros, batallando contra la puerta que le hacía una especie de baile impidiendo que pudiese insertar la llave.

Luego de unos largos minutos de batalla contínua, pudo al fin insertar la llave en la cerradura. La puerta se abrió rápidamente y con una enorme patada en el trasero entró al intento de Izuku que estaba borracho hasta la mismísima mierda.

— ¡Que yaa entres maldiciónn! —gruñia el rubio mientras intentaba dejarlo dentro de su departamento lo más rápido posible para poder cerrar la puerta y evitar las malditas miradas de sus vecinos que ya habían empezado a murmurar entre ellos.

— ¡Noo me golpees cabroon! —exclamó el pecoso una vez dentro, sobándose el trasero con esfuerzo.

— ¿¡HAAAAH!? —exclamó el otro. — ¿¡A QUIÉN PUTAS CREES QUE LE ESTÁS DICIENDO CABRÓN!?

— ¡A TI, A QUIÉN MÁS IMBÉCIL, YO NO VEO OTRO KUCCHAN ACÁ!

Otra vez le había dicho Kucchan. Había sido suficiente.

Mutua borrachera ¦KatsuDekuKatsu¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora