Capítulo Único

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Dedicado a Sildaluz

Disclaimer: Los personajes mostrados a continuación en el siguiente one-shot o la mayoria de ellos pertenecen al gran escritor J.R.R. Tolkien.

El escrito participa en el tercer concurso de RDTMTolkien
~Emisarios~.

El Lamento de un Heredero

Un guerrero eldar perteneciente a la raza Sindar despertó tras haber recibido un fuerte golpe en el cuerpo que lo dejó inconsciente durante mucho tiempo. Tal vez segundos, minutos, horas, o incluso días.

No sabía con claridad quien había sido el sujeto causante del golpe que lo había dejado en aquel estado de  descompensación, lo único que pudo recordar en ese instante es que estaba siendo participe de una sangrienta y cruenta batalla que marcaría el destino de toda la Tierra Media, La Guerra de la Última Alianza.

El elfo Sindar se irguió rápidamente con toda la fuerza que aún poseía en su interior, levantándose del gélido suelo en el cual se encontraba. A causa del terrible golpe que había sufrido, le costó levantarse con facilidad, así que emitió alguno que otro quejido de dolor, que gracias a cuestiones del destino, no habían sido de gravedad.

A medida que se levantaba, logró recordar el lugar en el cual se encontraba luchando heroicamente junto a sus compañeros eldar. Se encontraba nada más y nada menos que en las oscuras y sombrías tierras de Mordor.

Mordor, territorio en donde no podía apreciarse nada más que sombras,  oscuridad, y maldad. Pues estos eran los dominios de uno de los enemigos más poderosos de toda Arda, Sauron, el Señor Oscuro.

El guerrero sindar observó todo lo que se extendía a su alrededor, y lo único que pudo divisar puede ser descrito simplemente con una sola palabra... muerte.

El viento empezó a soplar con fuerza, como sí tratase de ayudarle a recordar la razón por la cual se encontraba en medio de tanta muerte y desolación. Y así, con sus largos cabellos elevándose al son de las fuertes ráfagas, los recuerdos empezaron a llegar veloces a su memoria.  

Inmediatamente el elfo sindar empezó a caminar entre tantos cadáveres, tanto de las tropas aliadas como de las tropas enemigas, una infinidad de cuerpos yacían sin vida delante de sus pies... elfos, hombres, enanos, orcos...

Entre tantos cuerpos que se encontraban inmóviles sobre el suelo, el elfo sindar pudo reconocer a guerreros élficos, tanto elfos de raza noldor como silvanos, al igual que elfos sindar.

El guerro élfico no pudo hacer nada más que observar los cuerpos inertes de aquellos seres que pertenecían a su raza, se arrodilló cerca de un grupo de elfos que fueron parte de su ejército, y comenzó a implorar al valar Mandos por las almas de sus difuntos compañeros.

Deseando que sus espíritus puedan descansar en paz en las Tierras Bendecidas de Aman, conocidas como las Tierras Imperecederas, las cuales podían ser divisadas más allá del mar...

Y así, continuó avanzando entre la infinidad de cuerpos sumidos en un profundo descanso eterno, del cual nunca jamás volverían a despertar. Mientras que el guerrero eldar, con cada paso que daba, varias lágrimas de dolor descendían a través de sus ojos, los cuales no podían transmitir otro sentimiento que no fuera tristeza y pena.

El Lamento De Un Heredero • [One Shot] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora