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Logan Pov...

Desperté luego de una difícil noche.

La verdad es que no había podido dormir, no lograba conciliar el sueño. Sólo pensaba en papá.

Había dormido junto a mi hermana, nos sentíamos muy sólos, necesitábamos estar acompañados por nuestra familia... o lo que quedaba de ella.

-Chicos, ¿ya hicieron sus maletas? -me sobresaltó la voz de Marissa.

Ese mediodía nos mudábamos a California. Ni yo ni mi hermana queríamos abandonar nuestra ciudad, pero debíamos hacerlo. En realidad Marissa podría quedarse aquí, pero según ella nosotros debíamos "reconstruir nuestras vidas, y un buen comienzo es cambiar el lugar en el que vivimos", aunque sabía que era porque no quería separarse de, su ahora nuevo esposo, Bernard, el primo de papá.

Sigo sin entender cómo Marissa se casó con el primo de su ex-esposo, la misma persona con la que le fue infiel a nuestro padre, pero debo ir con ella al menos hasta que cumpla mis 18. En tan sólo un año.

-¿Qué? Ah, no. Todavía no las hicimos, las haríamos al despertar. -aclaré con mi voz aún adormecida.

-Está bien. Despierta a Kara y prepárense.

Volteé a ver a Kara. Estaba profundamente dormida, y era de entenderse, había pasado toda la noche llorando, al igual que yo. Marissa se fue cerrando la puerta detrás de ella.

-Kara... -le susurré mientras la sacudía lentamente intentando despertarla. -Debemos hacer las maletas e irnos.

En respuesta se escuchó un ronquido de su parte.

-Vamos Kara. -ya empezaba a impacientarme. -Agh. -rodé los ojos y la empujé haciendo que cayera de la cama.

-Auch.

-¿Estás bien? -le pregunté en broma.

-Sí, el suelo me quería contar un secreto y me tiré. -respondió sarcástica.

Reí.

-Te lo merecías. -dije sin importancia mientras me levantaba de la cama para comenzar a armar mis valijas. -Levántate, debemos ha... ¡Auch!¿Y eso por qué? -me quejé luego de haber recibido un golpe por parte de mi hermana.

-Te lo merecías. -dijo imitando lo que había dicho segundos antes. -Ahora sí hagamos las maletas.

-Okey. -me subí a una banquito para bajar las maletas que estaban arriba del armario. -Hey, Kara... - la llamé ya bajando del banco con las maletas en manos.

-Dime.

-¿Cómo crees que será?

-... no lo sé. -dijo pensativa con un poco de tristeza en sus ojos. -No quiero irme Logan. No quiero dejar esta ciudad. No quiero dejar a mis amigos, mi vida. ¡Esta ciudad es todo para mí! Pero más que nada... no quiero dejar a papá. -y no pudo contener más las lágrimas.

La abracé con todas mis fuerzas y lloré con ella. Tenía razón. ¿Por qué la vida nos hacía esto?¿Perdimos a papá y después... todo?¿Así de simple era?

Marissa entró y se quedó mirándonos.

Kara y yo estábamos abrazados, arrodillados en el suelo con mis brazos rodeándola. Kara tenía su rostro undido en mi pecho, que ya se encontraba mojado, y yo apoyaba levemente mi cabeza sobre la suya.

Ninguno podía parar de llorar.

Nuestras vidas cambiaron drásticamente y temo que para mal.

Recordé la presencia de Marissa y me levanté dándole la espalda mientras me secaba las lágrimas. La verdad no quería que ella me viera llorando. Yo ahora iba a ser el "hombre de la casa", porque el esposo de Marissa no era para nada un hombre. "Hombre" no se llama a alguien que tenga la cara para acostarse con la esposa de su primo para luego casarse con ella. Y si yo debía ser el hombre,  tenía que verme seguro y fuerte, aunque por dentro no lo fuera.

Empecemos De Nuevo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora