Capítulo II - El gimnasio

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Capítulo II

El gimnasio

Sonó el timbre. Amaya agarró su mochila, subió la tira a su hombro derecho y la dejó colgada de lado mientras cogía su bolsa de deporte para abandonar el aula rápidamente. Salió con bastante prisa y se dirigió al gimnasio donde solía acudir un par de veces por semana desde hacía relativamente poco tiempo. Al entrar la recepcionista la saludó amablemente como cada viernes.

- Buenos días, Amaya. O a lo mejor debería decir buenas tardes. ¿Has comido ya? - No, aún no, Valeria. ¿Qué tal ha sido el día de hoy? ¿Han pasado por aquí muchos clientes? – preguntó ella. - Los viernes viene más gente que el resto de la semana, pero se suelen concentrar más tarde, a partir de las seis de la tarde, aproximadamente – dijo la chica.

- ¿Y ha venido don elegante y bizarro? Ya sabes a quién me refiero, tu amor platónico al que ni siquiera eres capaz de mirar cada vez que pasa por delante de ti – dijo Amaya cariñosamente. - No hables muy alto, Amaya. Es casi la hora, los viernes pasa por la puerta de entrada hacia las tres y media. Shhhh, habla en un tono más bajo por si acaso, que me da vergüenza. El día que te guste alguien de verdad, lo entenderás – apostilló Valeria.

Amaya analizó el comentario y pensó que en realidad ella ya había experimentado esa sensación con Alan, debido a que le había llegado a gustar tanto que había sido incapaz de mantener una conversación coherente con él en años. En ese momento se sintió comprensiva, pero decidió ignorar ese pensamiento y aún más la sensación.

La administrativa de la entrada del gimnasio le informó de un tema sobre las cuotas de los socios del gimnasio:

- Recuerda que este mes hay una promoción y la mensualidad será un cinco por ciento más barata. Es una promoción especial para fidelizar a los clientes, al menos eso es lo que ha dicho el jefe. - Gracias por recordármelo, lo vi el otro dia en el cartel de la entrada. Debo irme ya, ¡hasta luego, Valeria!

Amaya se dirigió a los vestuarios femeninos y dejó la bolsa de deporte y la mochila apoyadas en el banco de color ocre que cubría todo el lateral derecho. Después abrió su taquilla medio oxidada para dejar algunos enseres y comenzó a cambiarse. Se quitó la camiseta y se quedó en sujetador deportivo. En ese momento, apareció una chica rubia que no había visto anteriormente en el gimnasio. Tenía los ojos muy claros de color azul cielo y vestía unos pantaloncitos de color negro y un top a juego que dejaba al descubierto sus brazos y parte de su tripa.

- Hola, ¿eres nueva? - Preguntó la chica. - Llevo sólo tres meses viniendo, los viernes principalmente. 

- Me llamo Jana. ¿Cómo te llamas tú? - Amaya, encantada de conocerte. - ¿Qué sesión tienes ahora? - Dentro de unos minutos comenzará mi clase de danza del vientre. Y una hora más tarde habrá una actividad dirigida en la piscina olímpica de aquagym, así que estoy apuntada a las dos sesiones para mantenerme en forma. - ¡Que te diviertas! – dijo Jana con un tono energético y sincero. 

Amaya se marchó de allí y entró en la sala de baile mientras sus compañeros se colocaban por allí mínimamente separados los unos de los otros. No pudo reprimir un gesto de sorpresa cuando se dio cuenta de que la profesora que habitualmente impartía la clase no había acudido. Había una sustituta que... ¡era Jana, la chica del vestuario! Parecía muy joven para hacerse cargo de un grupo heterogéneo que se componía de chicas con edades comprendidas entre los 13 años y los 18 aproximadamente; y con niveles de baile muy diferentes, por lo que había que organizar la clase y crear una coreografía que a las más iniciadas no les resultara excesivamente difícil y a las más avanzadas no les aburriera. 

Amaya en 1º de Bachillerato - Capítulo 1Where stories live. Discover now