cinco.

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이미 알고 있어도

[Even if you already knew]


Para mi, Park Da-Bin, observarlo comer era un pase derechito al paraíso. Sus paletas apareciendo cada tanto ante los chistes que papá hacía, y su nariz arrugándose cuando sus ojos se achicaban al verlo intentar mantener la comida dentro de su boca, era una tentación la cual pocas veces tenía el lugo de admirar.

—Es...

Me sentaba al lado de mi mejor amigo, frente a mi se encontraba mi hermano sentado al lado de mi profesor y a ambos extremos de la mesa, mis padres soltaban comentarios para hacer una cena mucho más amena.

En los minutos que llevaban probando la comida deliciosa que mi madre se jactaba de hacer, yo no podía despegar los ojos del pequeño ángel en diagonal mío, cosa que hacía poner muecas de asco a YoonGi siempre que me encontraba con la cara de embobada. Y es que ver cómo sus manos tomaban la hoja de lechuga, la rellenaban, la pasaban por salsa de soja y, con malabares, la colocaba dentro de la boca... sólo quería estallar en risas por lo ridículamente tierno que se veía.

—Asqueroso —finalizó mi mejor amigo en un murmullo, soltando después una carcajada al darse cuenta que estaba a nada de que una mosca entrase en mi boca por mantenerla constantemente abierta—. Cierra la boca, Da-Bin, que te entrarán moscas... u otra cosa, ¿eh, eh?

Enarcó sus cejas reiteradas veces, lo que le costó un golpe de mi parte y un regaño de mi madre hacia ambos. Sabía que éramos un par de niños que no rozaban los veinte ni por asomo, por más que nuestras identificaciones lo dijeran.

En una de esas situaciones donde mi joven profesor hablaba con entusiasmo sobre sus obras de arte y yo me mantenía en estado de idiotez con la boca abierta, observé un rollo de hoja de sésamo acercarse a mi boca, junto a un "Dí ah~" por parte de mi mejor amigo. Menudo susto me llevé por su cara apareciendo frente a mí repentinamente, que mi mano se movió de forma automática a sus palillos, golpeándolos y provocando que la comida cayese, en gran parte, sobre mi vestido.

—Mierda.

El vocabulario de mi hermano del otro lado de la mesa se ganó el reproche de mi padre y el silencio absoluto, a medida que, con una servilleta, retiraba todos los restos que yacían sobre mi atuendo.

—Mira que eres idiota, Da-Bin-ah. Deberías prestar atención a tu oppa cuando te da de comer.

—¿En serio, YoonGi? ¿En serio?

Mi cara era un poema, pero podía jurar que la cara de Jungkook lo era aún más al escuchar el oppa proveniente de Min YoonGi.

Conteniendo las ganas de romper todas sus composiciones, me levanté de la mesa con una reverencia y me fui escaleras arriba al baño de mi habitación. La frustración se dejaba ver claramente en el espejo de mi baño, y es que me había humillado frente a la persona que me atraía a propósito; era un jodido celoso de mierda.

Me coloqué unos jeans y una remera holgada y me dispuse a refregar, aunque sea un poco, el manchón de mi vestido; lo que menos quería es que la tela absorba la salsa y arruinase de por vida algo tan hermoso que había conseguido.

Mi paz se fue al demonio cuando los golpes en la puerta de mi habitación comenzaron a sonar al punto de volverse insistentes y jodidamente insoportables.

—JiMin, vete —fue en vano decir aquello, porque cada vez sonaba más. Ni había esfuerzo en tocar de forma decente, sabía que eran los nudillos cayendo sin ganas sobre una puerta entreabierta—. Joder, JiMin, no molestes.

house of cards ➳  jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora