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"Dont cry, we all make mistakes from time to time. But unfortunately, being me was mine."

Una semana y media pasó desde aquél accidente, de estar acostado en una camilla mientras un tubo me inducía calorías y grasa. Gané dos kilos y medio al estar internado, sin hacer ningún esfuerzo.

Me miré en el reflejo del espejo del baño, estaba desnudo y con el pelo húmedo por la reciente ducha, puse mis manos en mi panza y junté toda la grasa formando un rollo. Lo apreté con fuerza y furia, y al soltarlo las marcas rojas por la presión se hicieron notar. Bufé colocandome el gran buso color negro y los jeans apretados del mismo color, me puse unas zapatillas blancas y salí directo al auto, donde mi madre ya había puesto las valijas con mi ropa y lo necesario para pasar el tiempo que fuera a estar en el centro de rehabilitación.

Emprendimos el viaje pasando por toda la ciudad, se supone que a donde me llevaría habría muchas personas con diferentes tipos de trastornos. Desde psicópatas hasta gente como yo, no sabía si debía estar asustado o simplemente restarle importancia. Observé el folleto del lugar, tenía fotografías con letras grandes y colores brillantes. Describía cómo sería el procedimiento general para todos y un poco sobre cómo era el ambiente. En las imágenes solo veía un gran edificio con ventanales y un patio enorme, donde las personas estaban relajadas cuidados por enfermeros y doctores.

¿Acaso me tratarían como loco? Porque no es así, solamente tengo un estilo de vida diferente e incomprendido.

-¿Estás nervioso?- oí la voz de mi madre mientras detenía el auto, no me había dado cuenta que habíamos llegado-.

-Sí- hablé tímido bajando del auto-. Te voy a extrañar.

-Hazza, debo decirte que este lugar es el mejor que encontré para recuperarte- suspiró tendiendome la valija-. Un niño tan tierno e inocente como tú no debería estar pasando por esto. ¿No te gustaría volver a ser el alegre Harry? que sonreía por todo y nada le afectaba.

Asentí abrazándola. Yo era una persona muy sensible, tímida y buena, lo sé porque todos me lo repetían a cada instante, sin embargo me aparté de la sociedad, lo que causó que mi alma se fuera deprimiendo poco a poco y convirtiéndome en alguien triste.

Entramos al establecimiento donde se encontraba una joven detrás de un escritorio, la cual sería la secretaria. La saludamos, nos tendió unos formularios para llenar y nos explicó a dónde debíamos ir.

El lugar es grande y lleno de personas con bata blanca, los cuales son los doctores, luego están los enfermeros con uniforme azul y los pacientes quienes parecen ser personas normales, vestían sus ropas cotidianas y caminaban por el lugar con libros u otras cosas, algunos andaban en sillas de ruedas y vestían bata o pijamas.

-Hazz, debo irme- dijo mi madre dándome un beso en la frente y un abrazo fuerte, noté que unas lágrimas se escapaban de sus ojos y luego descubrí que yo también estaba llorando-. La señora Hodge te mostrará el lugar y te explicará el proceso.

Asentí mientras observaba cómo se marchaba, me sequé las lágrimas y me di la vuelta encontrándome con una mujer de unos 50 años con una expresión fría. La saludé cortésmente y ella se giró indicándome que la siga.

Con paso firme y rápido me dirigió hasta unos de los pisos que según ella era “El Ala de Adolescentes”, desde los 12 años hasta los 20. A mi alrededor habían distintos grupos de amigos que charlaban animadamente, luego estaban aquellos solitarios y los que jugaban.

-Tu habitación es la 405, sigue el pasillo hasta el fondo. Tienes un compañero de cuarto, él ya está enterado. Luego pasa por la secretaría para que te den tus horarios.

La señora se despidió y se fué, tomé mi maleta y caminé siguiendo sus direcciones. Cada puerta tenía un número y algunas estaban decoradas de forma muy creativa con los nombres de los que ocupaban esa habitación.

Me topé con una puerta vacía pero con el número 405 escrito. Estaba muy nervioso porque no era una persona muy sociable, no tenía muchos amigos. Toqué la puerta esperando una respuesta, la cual fue inmediata.

Un chico castaño con ojos claros color cielo me abrió la puerta sonriente, parecía calmado en ese momento. Me dejó pasar y yo dudoso accedí ingresando con mi valija. Las paredes eran color blanco, pero una parte de la habitación estaba decorada con cuadros y un estante lleno de libros.

-Hola, soy Louis Tomlinson- se presentó cerrando la puerta detrás de él-. Tu debes ser Harold ¿No es así?

-Harry- corregí tímidamente-, Harry Styles.

-Pues que bueno que vienes Harry, ya estaba aburrido de tener una habitación para mi solo. Al principio fue bueno, pero notaba que era más divertido tener un compañero- habló desplomándose en su cama boca arriba mientras lanzaba una pelota al techo-. Tengo 18 años, entré aquí hace tres meses, me gusta el fútbol y la pizza. ¿Qué puedes decir de tí, Harold?

-Tengo 16 años, y me gusta leer y ver películas.

-¡Eres un bebé!- saltó de la cama y me miró sonriente, en ese momento no sabía si reír de lo gracioso e hiperactivo que era ese chico, o llorar por el miedo que me causaba-. Harold no tengas miedo, no muerdo, a menos que quieras- me guiñó el ojo volviendo a dónde estaba-. ¿Qué te trajo hasta aquí? ¡No me digas! Yo adivinaré- habló examinándome de arriba a abajo-. ¡Ya sé! Eres un chico tímido con un autoestima para el culo, que tiene anorexia o bulimia, tal vez las dos, y sufre de depresión. ¿Acerté?

Miré al suelo sonrojado, ¿Cómo una persona desconocida pudo describir mi vida en tan solo segundos y mi madre recién se entera después de años?

-No es por nada Harry, pero realmente necesitas ayuda- habló un poco más serio tomándome de la mano para que me sentara a su lado-. ¿No ves lo delgado que estas? Claro que no, tengo una amiga igual a tí y es realmente terca. ¿Quieres saber cómo lo supe?-asentí con la cabeza un poco curioso-. Aparte de tu aspecto, usas una pulsera morada y otra roja, se nota lo tímido que eres porque casi no me has hablado, y la  mayoría de los pacientes con trastornos alimenticios tienen depresión o ansiedad.

-Yo no creo que sea un trastorno- hablé temblorosamente-. Es un estilo de vida.

Suspiró y luego me miró a los ojos para finalmente decirme:

-El cual es la muerte más lenta y dolorosa, Harry.
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Holi! Cabe aclarar que esta novela no incita a la anorexia o bulimia, más bien es una história que trata de mostrar la realidad de las personas con este trastorno desde su punto de vista.

Bueno, ¿Les gustaría apoyarme con esta novela? Les agradecería bastante.

Les mando mucho amor
Xoxoxo

《Skinny Love》 [LS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora