El Encuentro

10 2 0
                                    


Carolaine: estoy en la corte defendiendo el caso de Maritza, una joven humilde y trabajadora. Se nota a leguas que es inocente su forma y comportamiento lo dicen todo, le hicieron una trampa. La acusaron de robar la empresa en la que trabajaba, pero, todo está a favor nuestro y eso me alegra. Luego de mucho trabajar el juez dictó otra fecha para el juicio.

Llego a la casa exhausta, cuando veo un correo en mi laptop, es una invitación para una fiesta y me sorprendo al ver que quien la envía es Julia Stuart, la madre de Richard, no entiendo por qué Richard no me había comentado nada. No puedo dormir pensando que significa esta invitación.

Entro a la oficina y veo a Richard, me saluda con un beso el cual recibo sin mucho gusto.

─ Hola mi amor─ me dice.

─Hola─ le respondo, pero de inmediato voy al asunto de la fiesta.

─ ¿De qué trata la fiesta a la cual me invitó tu madre?

─ Sabes que mi madre nos quiere presentar ante la sociedad─ me responde serio.

─Debiste habérmelo dicho, Richard. ─ sorprendida y algo molesta le protesto.

Me mira y sólo dice ─ Lo siento─ luego de darme un beso. Me resigno ya que sé que mi destino es estar al lado de Richard.

Jean: Llego a la nueva casa de mi madre, sin muchas ganas de verla, pero con la esperanza de ver a Carolaine, me estremezco sólo de pensar en ella, aunque sé que no debo pero, esta sensación de verla me mata.

Hola hijo─ me saluda con una sonrisa que no comprendo.

─ Hola madre─ la respondo con dureza.

─ ¿Por qué me saludas así?, ¿todavía no me has perdonado? ─ me pregunta con cara de pena.

─ Ya lo he olvidado ─ le respondo, sabiendo que si le digo la verdad, no podré contenerme. Me engañó por diecinueve años, nunca me dijo que tenía un hermano y que además es mi gemelo, verla reír como si nada pasara me enfurece. Pero aparto este pensamiento y decido ir a la fiesta.

No le pregunto por Carolaine, ya que me enteré que hace mucho se fue de la casa y seguro mi madre no tiene idea donde puede estar.

Llego a la fiesta, inmediatamente entro, mi madre se encarga de presentarme sus amigas y por supuesto, las hijas de aquellas. Las saludo por cortesía sin mostrar mi enojo por estas tonterías de mi madre. No soporto que trate de casarme con una de esas niñas superficiales.

Hace una hora que estoy aquí, pero todavía no se cual es el motivo de esta fiesta y ¿por qué mi madre se empeñó tanto en que viniera? Será que me quiere presentar a alguien más. Cada vez la comprendo menos.

Alzo la vista y no puedo creer lo que veo, bajando los escalones viene una hermosa joven, con unos ojos inconfundibles para mí, con un vestido que la hace ver maravillosa y su cabello me da a conocer mis sospechas, es ella, es Carolaine, está más guapa que antes y su cuerpo ha adquirido más fuerza. Pero ¿Quién es el joven que está a su lado? Creo que ya comprendo por qué el empeño de mi madre en que viniera, quería ver como perdía cada día más a mi mejor amiga, nunca estuvo de acuerdo con nuestra amistad y siempre trato de romperla, eso es algo que hasta ahora no recordaba. Me compongo para que no note que me afecta.

Carolaine: Miro mi vestido, es hermoso, color rojo pasión, con detalles dorados y su forma se fija perfectamente a mí cuerpo.

Estoy confundida con todo este asunto, pero, ya tomé mi decisión.

Voy bajando los escalones al lado de Richard ya que es un deseo de su madre y aunque llevo una hora de retraso, no me preocupo.

Detengo mi paso cuando veo a Jean justo al final de las escaleras, mirándome con sus ojos esmeralda, como si quisiera que le conteste todas las preguntas que pueda hacerme. Me tenso y pienso devolverme, pero ya es tarde para eso, Richard está a mi lado pero no se ha dado cuenta de lo sucede. Me incorporo y decido seguir como si nada pasara, desde hace tiempo decidí que sería la joven más fuerte que pudiera existir y que nada me podría afectar y levanto mi cabeza muy alto.

Una pregunta ronda mi cabeza, ¿Qué hace aquí? Es una casualidad, o todavía siente algo por mí. Dejo de pensar tonterías, claro que no siente nada por mí, me lo demostró hace años cuando me dejó sola, luego de tantos años no permitiré que derribe esa muralla que me ha costado tanto construir, no lo permitiré, me digo para mi sufrimiento.

Bajamos y cuando lo hacemos comienzan los aplausos, me fijo en la gran cantidad de personas que están a nuestro alrededor y entre ellas se encuentra por desgracia Ignacia, la madre de Jean, la cual se encargó de hacer mi vida cada día más infeliz.

Jean: veo como todos aplauden y no quiero entender por qué, Carolaine me saluda con cordialidad y una frialdad que desmorona mi ser, pero qué esperaba, es el mismo trato que ha tenido conmigo desde que teníamos diecinueve años.

No puedo esperar más, han pasado cinco años desde la última vez que la vi y detesto reconocer que no puedo soportar que esté cerca de ese joven, no lo soporto.

Carolaine mira mi madre con desprecio, acaso hay algo más que yo no sepa, que más me ocultará mi madre.

- Bienvenidos- inicia una señora de no más de cincuenta años, pero al parecer se cuida mucho de no lucir esa edad.

Me tenso al saber qué pueda decir.

- Esta ocasión tan especial es para presentar formalmente a la futura esposa de mi hijo Richard, Carolaine- empiezan los aplausos, no puedo creer lo que estoy escuchando, la cabeza me da vueltas, y no entiendo nada, pero me incorporo de inmediato para no levantar sospechas y hago como si no sintiera nada.

Carolaine: Me duele ver cómo Jean es incapaz de sentir nada al escuchar mi triste realidad, es como si yo nunca le importé, eso hace que todas las dudas que tenía sobre él se aclararan de una sola vez.

Trato de poner buena cara y seguir con todo esto, no puedo evitar pensar que todo esto es un complot de Ignacia para hacerme sufrir más de lo que ya lo ha hecho, no bastó con que Jean me enamorara y luego me engañara, no, no se conformó con esto, sino que me humilló y golpeó con las más crueles palabras que se puedan decir, no es suficiente dolor ya, para que ahora, justo ahora, él aparezca de nuevo en mi vida.

- Mi amor- me llama Richard con voz dulce.

- Aquí estoy cariño- le respondo luego de darle un beso, sabiendo que Jean está presente.

Jean: Llego a casa y pido que no me moleste nadie. Fue tan frustrante verla junto a Richard y además que le dé los besos que me pertenecen y son solo míos. Estoy tan furioso, pero qué estoy pensando, no puedo creer que luego de tanto tiempo no la haya olvidado, debo olvidarla, ya que nunca va a ser para mí. Tenía pensado irme mañana mismo, pero ahora que la volvi a ver no pienso dejar escapar esta oportunidad, necesito que me diga la verdad.

Paso toda la noche pensando, si este era el chico del que ella me contaba estaba enamorada, o es otro, nunca le dije lo mucho que la amaba y deseaba que estuviera a mi lado para siempre. 

MURALLA PARA NO AMARTE MAS.Where stories live. Discover now