Cinco Minutos

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Carolina: Ha pasado una semana desde que vi a Jean y no me arrepiento de cómo lo trate, no quiero ablandarme y que mis murallas pierdan su fuerza.

Llego a casa de Maritza, con la finalidad de que salgamos a dar una vuelta por la ciudad, ya que tuve una semana muy larga de trabajo y como cada fin de semana Richard sale del país a atender otros negocios.

- Ya estás lista – Le digo cuando salgo de mi carro último modelo.

- Salgo enseguida – me grita desde su apartamento. Desde que decidí venir a vivir aquí, nunca había tenido una amiga, hasta ahora.

Salimos por la ciudad y estamos de tienda en tienda tratando de no pensar en él. Decidimos pasar a comprar unas Hamburguesas, nos sentamos y Maritza me mira seria.

- ¿Qué sucede? – le digo tratando de que me diga lo que le pasa.

- Necesitamos hablar –

- Lo estamos haciendo – le respondo con una sonrisa.

- Sabes que no me refiero a eso y que necesitas desahogarte, eres mi mejor amiga y te quiero, no quiero verte sufrir –

- Todo está bien – le respondo tratando de que no note lo mal que la estoy pasando.

Me sonríe y no sigue con el tema, pues sabe cuándo no quiero continuar con algo.

Jean: Decido ir a comer algo fuera, la presencia de mi madre se hace cada vez mas insoportable. En el camino trato de pensar a qué lugar ir, y me decido por una Hamburguesa.

Llego al lugar y me siento sin fijarme quién puede estar a mi alrededor, tratando de encontrar una razón por la cual luego de ser los mejores amigos, ahora Carolaine y yo nos llevamos como enemigos.

Llega la joven para hacerme el pedido y le indico lo que quiero, y lo trae al instante, en este lugar hay un servicio excelente y la comida es estupenda, pienso mientras termino mi jugo. Cuando me levanto para pedir la cuenta, veo a Carolaine con la joven que defendió el otro día y no dudo en ir hacia ella.

Cuando llego donde ella está, me mira sorprendida y luego me mira con mala cara.

- ¿Qué rayos haces aquí, no entiendes que no quiero saber nada de ti? – me dice muy seria.

- Solo quiero hablar contigo, es un momento – le respondo y veo como su amiga le agarra la mano, dándole a entender que está con ella.

- Solo te daré cinco minutos y nada más- me responde.

Me alegro por lo que escucho, deseo tanto arreglar las cosas con ella.

- Nos vemos más tarde y mucho gusto me llamo Maritza- dice su amiga a la cual le echa una mirada fulminante.

- Yo soy Jean- le respondo cordialmente.

- Pero n... - Carolaine intenta hablar, pero Maritza la detiene.

- Nada, te veo luego – se va echándole una sonrisa de confianza.

Carolaine: Enseguida le doy una oportunidad me arrepiento, no sé cómo he podido ser tan tonta, solo me dirá puras mentiras y engaños, pero quiero saber hasta dónde puede llegar.

Por primera vez en tanto tiempo nos miramos fijamente y en silencio como si estuviéramos estudiándonos.

Rompo el silencio.

- No tengo todo el día – le digo fríamente para que no note debilidad.

- Todavía es temprano - me responde irónicamente.

- Solo te quedan tres minutos y no estoy para juegos –

Se queda pensando y de repente me hace una pregunta que no esperaba.

- ¿quiero que me digas por que luego de ser tan buenos amigos me tratas con tanta indiferencia? – me dice dejándome sin respiración.

Respiro para poder tener el porte que necesito para responder.

- Tú fuiste quien se fue sin decirme nada, o acaso no te acuerdas cuando te marchaste a París y ni siquiera adiós me dijiste, luego de decirme que querías decirme algo importante – le respondo inmutable y fríamente, pero sintiendo como tiemblan mis murallas.

- Te escuche cuando decías que habías perdido todo tu tiempo andando con alguien como yo, que solo era un estúpido y que no te importaba –

Recuerdo eso, estaba tan furiosa por haberlo visto con otra chica, que empecé a vociferar tonterías, por todo mi cuarto.

Nos quedamos otra vez en silencio. sabiendo que debo huir o todo lo que he construido en tantos años se verá destruido y no sé si estoy preparada para eso.

- Se acabó el tiempo – le digo mientras me dispongo a irme.

- no huyas más – me dice agarrando mi brazo, detengo mis locos sentimientos y reacciono, halo el brazo, pero antes de irme le respondo.

- Fuiste tú quien huyo, no yo- y me retiro.

Jean: Veo como Carolaine me da la espalda y no sé si correr hacia ella o dejar que se marche, me duele ver cómo se va, es como si no le importara nada. La sigo amando, cada día que pasa este amor crece más.

Finalmente decido dejarla ir, son muchas emociones por hoy. No dejo de pensar en sus palabras, sé que debí hablar con ella ese mismo día y dejar en el pasado lo que escuché.

MURALLA PARA NO AMARTE MAS.Where stories live. Discover now