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Las 10:30 de la mañana en punto señalaba la alarma que dejaba todos los días para no pasarme del medio día. Me maldije a mi misma por no apagarla, con dificultad extendí el brazo para apagarla, pero me sorprendí al notar que no estaba sola en la cama, porque al mismo tiempo que yo me moví alguien soltó mi cintura para luego acomodarse aún así mirándome. Me sobresalté al ver a Finn Wolfhard en la misma cama que yo, rápidamente revisé que llevaba puesto y me alarmé aún más cuando noté que solo llevaba puesta la sudadera Amarilla que tanto amaba, esta era lo suficientemente grande para cubrir hasta la mitad de mis muslos.

Millie, prometiste serle fiel a Jacob, dime que no rompiste esa promesa.

Me levanté lentamente de la cama intentando no hacer ruido alguno, recorrí con la mirada la habitación en la que estábamos y rápidamente note que es la de Finn. Divisé mi ropa en una silla junto a la puerta, mis nervios se calmaron al notar que todo está perfectamente en orden y si hubiera pasado otra cosa tal vez encontraría mis tacones en la sala. Me aproximé a mi ropa y me fui hacia el baño que estaba dentro de la habitación, me cambié rápidamente de ropa y lave mi cara para deshacerme un poco de mi aspecto de zombie, justo antes de salir del baño el celular de Finn comenzó a sonar con la canción Smells Like Teen Spirit de Nirvana, se me erizó la piel al escuchar como el canadiense se movía en las sábanas tratando de alcanzar su celular.

–¿Si?–Pude escuchar su voz áspera desde la puerta del baño–No lo sé Sadie–Por desgracias no alcanzaba escuchar que decía la pelirroja desde la otra línea–Tal vez llegaré tarde... lo siento, estoy con una resaca horrible... si es que yo nos quedamos con los chicos hasta tarde... si cariño, Noah me vino a dejar... está bien nos vemos en la tarde–Un silencio inquietante e impaciente inundó la habitación para ser roto por unos resortes rechinar, Finn se estaba levantando de la cama y acercándose a pasos lentos y perezosos al baño–Millie, ¿Estas ahí dentro?–Intento golpear la puerta pero quedo en el aire, yo ya había abierto la puerta.

–Si–Respondí soltando todo el aire que estuve aguantando para que no me escuchara y tomando más. Analizo todo lo que yo llevaba puesto y se dio media vuelta para salir de la habitación.

–¿Quieres algo de comer? ¿Una aspirina, tal vez?–Preguntó despreocupado mientras caminaba hacia la cocina.

–Creo que quiero ambas–Su comportamiento hizo que yo también me relajase, no hicimos nada indebido, el es mi amigo y no hay nada de malo en quedarse a dormir con un amigo, siempre lo hago con Noah. Pero ¿Por qué esta vez me sentía culpable?

Ante mi respuesta Finn soltó una carcajada, antes de salir del baño vi nuevamente la sudadera y decidí ponérmela, es más abrigada que la chaqueta que traje, más cómoda, llegue donde estaba el pelinegro y me senté en una de las sillas que estaban junto a la mesa. Sacó una caja de Eggos del congelador y me la enseño.

–¿Dime que no comeremos eso?–Mi cara se desencajó por completo.

–¿Por qué no?–Preguntó inocentemente, mirándome con una sonrisa burlona. Pero cambió a una de asombro cuando ve que aún tengo la sudadera puesta, no le tome atención.

En serio Millie, porque para no tomarle atención no lo hubieras notado.

Cállate conciencia.

–Porque los odio, ni siquiera se porque los compraste–Dije en tono indignado.

–No los compre yo, una fan me las dio hace unas semanas en un M&G. Solo quería hacerte una pequeña broma–Esta vez tomó una fuente del refrigerador y la sacó, tomó dos platos pequeños del mueble y sirvió en ellos una porción de ensalada de frutas. Puso el agua calentar y comenzó a hacer unas tostadas, yo me limité a ver cada movimiento que el hacia.

They're back [Fillie]Where stories live. Discover now