Capítulo V

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Mark

Años atrás...

— Otra copa, por favor. — le pido al hombre de la barra y él asiente para después irse.

— Ross... Detente... — murmura riendo una mujer acercándose a la barra con un hombre besándole el cuello mientras la abraza por atrás.

La miro detenidamente y sonrío levemente al verla. Es preciosa, puedo decir que es la mujer más hermosa y sexy que he visto en toda mi vida.

— Solo piensa en el buen uso que le podríamos dar a una de esas habitaciones... — le dice en voz baja, pero de todas formas lo escucho.

Sinceramente, lo envidio. Quisiera ser él ahora mismo.

— ¡Ross! Recién llegamos, no podemos simplemente irnos...

— ¿Por qué no? Vamos, Laura. ¿Ahora eres aburrida? ¿Dónde está tu sentido de la aventura? — bromea Ross.

Incluso su nombre es hermoso. Laura.

— ¿Sentido de la aventura? — pregunta ella soltando una carcajada. — ¿Y si nos ven?

— Si nos ven, lo moleré a palos hasta que borre de su mente la imagen de mi chica desnuda.

Laura rueda los ojos riendo. — De acuerdo, Ralph el demoledor. Espérame en la habitación que está a la izquierda del baño. En seguida voy.

— ¿Por qué no vienes conmigo?

— Porque nos descubrirían. Ahora largo.

— Yo también te quiero, cielo. — le dice Ross antes de besar su mejilla mientras sonríe ampliamente e irse.

Ella sonríe de la misma manera mientras lo ve marcharse y luego se sienta al lado mio.

— Dos copas de champagne, por favor. — pide.

— En seguida le traigo... — murmura una de las meseras para después irse.

— Espero no confundirme de puerta cuando vaya al baño... — digo en broma y ella se voltea a verme con unos ojos preciosos.

— Oh, Dios... Siento aquello. Verás, es algo muy complicado... Está por casarse, así que nadie debe enterarse. Me harías un favor si no dijeras nada sobre esto.

— ¿Por qué estás con él entonces?

— Porque me estoy enamorando, y no puedo dejarlo... Es muy raro lo que tenemos, y solo es sexo. Pero de alguna manera... — comienza a decir pero se interrumpe soltando un suspiro. — Olvídalo. Solo estoy cansada...

La mujer le trae las dos copas y ella le sonríe agradecida para después levantarse y dirigirse a las escaleras.

— Laura. — la llamo provocando que se voltee. — Mereces algo mejor que eso, yo puedo dartelo.

Laura me sonríe levemente y niega con la cabeza.

— Todo lo que quiero en estos momentos, solo Ross puede dármelo. Gracias de todas formas. — dice para después irse.

¿Acababa de rechazarme? Si, acababa de rechazarme.

Sonrío de lado mientras la miro subir las escaleras, ni siquiera voltea a mirarme. Ese tal Ross era todo lo que tenía en mente aquella noche. Jodido afortunado. ¿Sinceramente? Yo no tenía ninguna chance con ella, no cuando tenía a ese hombre en su vida. Se notaba que ella lo amaba con tan solo ver la manera en la que sus ojos brillaban cuando estaba con él.

Pero un día, inesperadamente, tuve mi chance con ella... Y juré jamás echarla a perder.

Actualidad...

— Solo digo que Laura... — comienza a decir mi compañero, pero yo lo detengo.

— Laura no me engaña, Eric. Laura me ama, finalmente siento que estamos en la misma página, nos casaremos, tendremos más hijos... Siento que será perfecto. — digo sonriendo ampliamente.

— Estás mal. Ven, ya hemos terminado aquí... ¿Quieres ir por un café?

Río levemente y asiento para después cambiarme de ropa. Finalmente terminaba una cirugía que me ha llevado la mayor parte del día, Eric había sido mi compañero y una parte de mi le agradecía no haber mencionado a Laura hasta ahora.

Porque ahora la extrañaba más. Yo no solía pasar mucho tiempo en casa tras haber ascendido en mi trabajo, pero era agradable llegar y ver a Sophie y Laura en nuestro hogar. La casa se sentía vacía sin ellas, y lo odiaba. Recién iba por el segundo día.

— ¿Me esperas aquí? Llamaré a Laura. — le digo una vez que ya estoy cambiado para salir, él asiente y yo salgo del hospital.

Llamo a Laura pero no atiende. Suelto un bufido. Allá debían ser al rededor de las diez de la noche. ¿Ya estará durmiendo? Intento tres veces más, y finalmente atiende.

— Lo siento, estaba duchándome. Hola, cariño. ¿No es tarde allá? O muy temprano. — pregunta.

— Son las seis de la mañana, recién termino una cirugía... Ahora estoy por ir a tomar algo con un compañero. — le comento. — ¿Cómo la estás pasando?

Laura está a punto de contestarme, pero entonces siento una voz masculina.

— Cariño, ¿cómo quieres que respete la regla de no follar si estás en ropa interior en mi habitación? — le pregunta, y suena increíblemente arrogante.

— ¡Savannah me asignó esta habitación, es mía! — le grita mi prometida. — Y deja de verme. No, Ross. Largo.

Ruedo los ojos y contengo los impulsos que tengo de ir a Los Angeles y darle una paliza a Ross Lynch por estar acechando a mi chica.

Escucho que discuten un rato más pero Laura finalmente suelta un bufido y vuelve a hablarme a mi.

— Eres un imbécil, Ross... — murmura. — ¿Cariño? ¿Sigues ahí? Lo siento, es solo que... Compartimos la casa con los Lynch. Ha sido un dolor de cabeza desde que he llegado, y solo van dos horas. De todas formas, no interesa. ¿Cómo estás?

— Bien, te extraño horrores... ¿Cuándo regresarás? Vi tu nota la mañana anterior y te llamé pero no contestabas.

— Si, estaba en el avión. Lo siento. Vuelvo en dos semanas. ¿Cómo te ha ido en tu cirugía?

— Bien, ha sido... increíble. Ella debería despertar dentro de poco, por eso no me voy a casa. Quiero estar aquí cuando suceda. ¿Y Sophie?

— Sophie te extraña, pero está divirtiéndose. Rydel tiene una hija un año mayor que ella y ya son mejores amigas. Savannah está en crisis porque no logra dar con Ryland, así que a mi no me espera una feliz estadía. Pero ella está bien, Sophie está perfecta.

— Me alegro mucho, cielo. Espero que Savannah recupere a Ryland y sean felices.

Laura suelta un suspiro. — Espero exactamente lo mismo... Nos quedan trece días. Oye, debo colgar... Sophie quiere que... Quiere que la acueste... Te llamo luego... Adiós... Te amo. — dice con dificultad para después colgar rápidamente.

Miro confundido mi celular, y cuando levanto la vista Eric está mirándome con las cejas alzadas. Había escuchado la conversación.

— No me engaña. — digo rodando los ojos para después seguirlo al bar cercano al hospital.

Laura no podía estar teniendo una aventura con Ross, yo lo sabría... ¿Verdad? Joder, espero que no se esté acostándose con Ross ahora mismo. Suelto un suspiro y decido dejar todos los malos pensamientos a un lado, conozco a la mujer con la que me voy a casar.

Definitivamente no haría aquello. Entonces, ¿por qué me siento un estúpido ingenuo?

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En multimedia está una foto de quién interpretará a Mark. En los capítulos anteriores cambie el color de sus ojos ya que estaba equivocada. ¡Espero que hayan disfrutado del capítulo!

The Wedding IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora