Laura
No sé por qué todos pensaban que estaba muerta, bueno yo también creía que lo estaba, pero entonces del baño de esa estación salió Mark y no sé que diablos hizo para que volviera a tener pulso.
Me dolía absolutamente todo, no recordaba el accidente. No recordaba nada y me frustraba. ¿Iba con alguien? ¿Esa persona consiguió sobrevivir? Ni siquiera sé muy bien dónde estoy.
Ross está durmiendo aún y yo sigo acariciando su cabello, el horario de visitas comenzaría pronto y una enfermera me hizo saber que tenía a muchas personas esperando para verme pero no quería despertar a Ross. Mi último pensamiento antes de desmayarme fue que jamás iba a saber que lo amaba, pero ahora estoy aquí nuevamente... Lista para tomar una decisión y empezar una nueva vida.
Cuando estás a punto de morir, tu perspectiva de la vida cambia completamente. Te das cuenta de lo que estás a punto de perder, de las cosas que no hiciste y los errores que cometiste. Ves tu vida en solo dos segundos, eso me pasó a mi, y fue horrible.
Habían venido a hacerme chequeos y dijeron que estaba perfecta, que fue un milagro que hayan podido detener la hemorragia interna. Me daba escalofríos pensar lo cerca que estuve de morir, y dejar a mi hija aquí. No quería morir.
— Señorita Marano... — dice una enfermera en voz baja. — Aquí hay unas chicas que quieren verla. ¿Los hago pasar?
— Claro. — acepto sonriendo levemente.
La enfermera abre la puerta y Savannah, Alexa, Raini y Emma ingresan. Al verme, no tardan en largarse a llorar lo que me hace emocionarme a mi.
— Hola, perras... — murmuro.
— ¡Estás viva! — exclaman para abrazarme de a una.
— Shh... Ross sigue durmiendo.
— Lo siento. — susurra Emma. — ¿Cómo estás? ¿Qué ocurrió? ¿Qué hace Ross aquí?
— Estoy bien. No sé qué ocurrió, estoy esperando a que Mark venga y me explique. Ross está aquí porque yo le pedí que se quedara, pensó que había muerto y estaba destrozado.
— Yo te contaré. — me dice Savannah. — Acompañaste a Rydel a la casa de una de sus primas, pero tuvieron un accidente. Un auto chocó contra ustedes. Rydel está bien, ha estado preguntando por ti desde que se despertó y tuvieron que cedarla.
— ¿Puedo verla? — pregunto.
— Espera a que venga un doctor y le preguntas.
Las chicas se miran entre ellas y yo las miro confundida.
— ¿Qué ocurre? — les pregunto.
— Ellen quiere verte... Ha hecho una escena porque no la dejaron pasar a verte ya que ya había alguien aquí contigo.
— No quiero verla. No quiero saber nada de ella. — digo rápidamente.
En ese momento, Ross se mueve y sé que se está despertando. Le sonrío ampliamente y él me devuelve la sonrisa para después darme un corto beso.
— Buenos días, cariño... — murmura.
— ¡Buenos días! — exclamo feliz de tenerlo aún a mi lado.
— Hola, chicas. — saluda a mis amigas. —Iré a casa para cambiarme y ducharme, volveré con Sophie.
Asiento entusiasmada con la idea de ver nuevamente a mi hija. Quería abrazarla. Ross me besa una última vez y se levanta para después marcharse.
— ¿Qué harás con Mark? — me pregunta Savannah.
— Creo... Creo que lo dejaré. Hablaré con él más tarde y le diré absolutamente todo.