Al no obtener respuesta me giré dispuesta a seguir mi camino, el tiro de mi brazo con brusquedad.
—Mira estúpida a mi me respetas — escupió molesto, trague saliva nerviosa por su actitud violenta — Me importa una mierda que se esté saliendo tu parte valiente , no me vuelvas a levantar la voz no a desafiarme delante de toda la escuela — sentí una vibración en todo mi cuerpo, podría decir que fue un escalofrío — Una cosa más, no vuelvas poner ningún puto dedo encima de Susan, espero que te quede claro.
Me quede en silencio, solo podía observarlo, ¿Como podía ser tan gilipollas?
—Está bien, como quieras.
— Así me gusta, tranquila y sumisa — Susurro en mi oído, sus labios rozaron mi lóbulo, cerré mis ojos al contacto.
— Gilipollas — susurre deshaciéndome de su agarre.
—¿Como Me has llamado? — pregunto molesto.
— Gilipollas — repetí ahora más fuerte.
El negó con una sonrisa en los labios, se acercó dispuesto a agarrarme nuevamente, sentí temor al ver su mirada llena de furia. No me quedo de otra, levante mi rodilla y la estampé en contra de sus partes bajas. Salí corriendo como alma que lleva el diablo, no mire atrás, solo me dediqué a correr.
Me salte la última clase del día, por primera vez en mi vida escolar falte a una clase, me pondría al día sin duda. Camine con calma hasta llegar a mi hogar, me senté en mi cama meditando lo que había hecho hoy, realmente no me arrepentía de mis actos, hace tiempo tenía ganas de sacar agallas y enfrentarlos. Una llamada me saco de mis reflexivos pensamientos
—hola ¿donde estás? te he buscado hasta debajo las piedras
—Ash, me he ido a mi casa, si quieres puedes venir y conversamos acá, trae a Andrew contigo.
— Esta bien nena, iremos dentro de un rato, nos vemos — ColgóEl timbre de la Casa resonó en cada rincón del departamento, no esperaba a nadie hasta dentro de un rato. me encamine a grandes zancadas a la entrada, abrí la puerta encontrándome con quien menos esperaba.
—¿Me dejas pasar?
— No — Respondí seca — ¿Qué quieres?
–Entonces pasare sólo — me aparto y entro como si fuera el dueño de la casa.
— ¿Que te sucede? No estás en tu casa y no tienes derecho a entrar como si fueras algún conocido o amigo mío, no eres bien recibido acá.
— Tranquilízate nena — se sentó en el sillón, agarro el control y prendió la televisión, su actitud me descolocó ¿Como podía ser tan descarado?
—¿Por que viniste? ¿Que quieres? ¿Quieres la tarea ? — Pregunte molesta, le arrebate el control y apague la tele — Te la daré, pero vete.
— Quería verte ¿no puedo? —Pregunto burlesco —No quiero tu tarea.
Respire pesadamente.
— ¿Quieres algo para comer? —pregunte resignada, si lo iba a tener acá por un rato por lo menos tenía que ser un rato agradable, así se marcharía más rápido.
— Magdalenas, hace mucho que no como.
—¿Quieres magdalenas? — pregunté incrédula.
—Solo sí tienes — respondió.
Lo observé un momento, De verdad no lo entiendo y no me entiendo, ¿Que hace en mi casa? Y ¿Por que yo lo recibía y era amable?
— No tengo, pero tengo los ingredientes para hacer magdalenas.
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¿Me tuve que enamorar? © Editando
Romance-Te amo- susurró ella, le había declarado su amor esperando que el sientiera lo mismo. El solo miro el techo, la situación se estaba saliendo de sus manos, el no podia seguir con esto. Ella espero la respuesta pero no la recibió. Registrada...