Capitulo 2

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Capitulo 2

Cuando mi turno acaba, voy a despedirme de la señora Lisa ya que mañana tengo el turno de la tarde y no podre verla. 

- Te extrañare mañana cielo- Me dice en cuanto le doy un abrazo de despedida - La otra chica del turno de la mañana es increíblemente mal educada. 

Le dedico una sonrisa - Estoy segura de que no es tan mala. 

- Claro que si - bufa - Oh, apropósito de eso. No sabía que eras amiga del hijo del dueño del local. 

Frunzo el ceño - No, no lo soy. 

- Pero lo vi hablando contigo más temprano. 

Retrocedo pensando si he hablado con algún cliente pero nadie en particular viene a mi mente. Espera un momento. Hablé con una persona... 

- Um, ¿cómo se llama el dueño del lugar? 

- Antonio Gavin 

- Gavin - repito aun no creyéndolo del todo. Quiero decir, ¿cuáles son las probabilidades? ¿Esto es mal karma o algo parecido? 

- Entonces - dice la señora Lisa viendo que me quedo callada demasiado tiempo -¿Lo conoces? 

- Sip, nosotros, um... somos compañeros de curso - iba a decir amigos, pero definitivamente no lo somos. 

- Bueno, el no te estaba mirando como a una compañera de curso - susurra confidencialmente y mis mejillas se sonrojan sin que pueda hacer nada al respecto. 

- Es así con todas las chicas - respondo y entonces me doy cuenta de que lo dije como una especie de decepción. Siento ganas de golpearme a mi misma. 

Ella hace una mueca - Si, parece ese tipo de chico, pero créeme cuando te digo que jamás lo había visto mirar a otra chica así y lo he conocido por un tiempo. 

Me abraza una última vez - Bien, ahora vete, ya pasó mucho tiempo desde que terminó tu turno y estoy segura de que tienes cosas más interesantes que hacer que estar hablando aquí con una vieja. 

Me despide con la mano y me alejo rápidamente. Necesito llegar a mi casa y abrir mi computador o tal vez llamar a Sofía. No, aun no estoy preparada para eso. Primero necesito corroborar la información. Puede ser que todo sea una simple coincidencia. 

Pero no lo es. 

Una vez que mi computador se enciende, tecleo rápidamente el nombre del local y resulta ser una de las cadenas de locales más grande del país y el padre de Sebastián figura como el dueño absoluto de todo. 

Bueno, eso es todo. Debo renunciar. No podre ser capaz de intentar olvidar mi maldito lapsus con Sebastián si tengo que verlo cada día. Aunque cabe la posibilidad de que ya se haya ido con sus padres de vacaciones. Quiero decir, ¿Por qué se quedaría acá cuando podría estar en cualquier parte del mundo malgastando dinero? 

Por un minuto me permito a mi misma sentirme tranquila y mantener un pensamiento positivo. 

- Cariño, es hora de comer. 

Oigo la voz de mi mamá llamándome desde la escalera y cierro mi computador, bajo de dos escalones a la vez respirando el olor de la comida de mi mamá. Huele delicioso. Se me hace agua la boca. 

- Entonces, ¿cómo estuvo el trabajo? - me pregunta una vez que me siento e inspiro profundamente el olor de la pasta. 

- Oh, estuvo bien - respondo intentando que mi voz salga casual. Pero supongo que no lo logro del todo. 

- De acuerdo ¿Qué sucedió? 

Suspiro, y una parte de mi se pregunta si solo mi madre es tan perspicaz o lo son todas las madres. 

¿Solo un beso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora