Capítulo XXXIV

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Fuego

"Yo era cenizas, tú me tocaste. Volví a arder"

Alejandro Jodoroswsky.

-Solo digo que pueden tener una mierda de estas más cómoda en este jodido hospital -la voz de Josh sonó lejana ante los oídos de Niall, quien sentado en aquella silla fingía prestarle atención al alfa, pero su mente realmente estaba en el papel arrugado que mantenía hecho un puño en su mano izquierda, y sus ojos estaban fijamente puestos en el alfa Payne, quien mantenía una amena conversación con Michael.

Niall mordisqueó sus labios y bajó su mirada. Habían pasado solo un par de horas desde que tuvo a Zayn frente suyo, al verdadero. Al principio pensó burlonamente que seguro se trataba de algún engañoso sueño, pero cuando observó el papel en el bolsillo de su bata de hospital, aquella descabellada teoría fue desechada.

Él nunca había cruzado más de dos palabras estrictamente necesarias con Liam, y ahora tenía que decirle que su omega en realidad no era su omega, sino un gemelo malvado y que su verdadero omega lo había contactado para que lo fuera a buscar a lo que parecía ser el trasero de Alemania. Muy creíble.

Pero claro, él tenía que confiar en Zayn, siempre lo haría. Solo esperaba no morir debido a eso.

Venga, que no había que ser genios para saber que a Liam le faltaba uno que otro tornillo, sin contar lo terrorífico que se podía cuando le hablaban de Zayn, su omega. La única persona viva que había logrado tocar una fibra sensible en aquella desequilibrada cabeza.

La voz lejana de Josh de pronto se volvió más cercana.

-Estoy pensando seriamente que me estás ignorando de manera olímpica más de lo normal, dulce.

Niall volteó su cabeza rápidamente, Josh se había acuclillado para quedar a su altura y lo miraba fijamente con sus ojos marrones agrandados.

-Mhm... -carraspeó un poco- Lo siento. Tengo muchas cosas en mi cabeza jodiéndome, supongo.

-Claro que sí -Josh le sonrió y dejó un beso en mejilla-, ¿estás cómodo? -Niall asintió distraídamente y estrujó aún más el objeto en su mano.

Liam, a los pocos metros de lejanía, observó como Niall lo seguía mirando. El omega apartó su mirada.

-Sí, no te preocupes. ¿Ya volvemos? -preguntó con voz desinteresada, apreciando cómo Liam fruncía su ceño al mirarlo.

Un escalofrío recorrió su columna vertebral, tragó duro y apretó sus dientes.

Liam no era exactamente alguien amigable.

El papel arrugado en la mano de Niall comenzaba a mojarse debido a su propio sudor, el omega se obligó a tranquilizarse. No podía decir ni una sola palabra coherente con Liam ni mucho menos decirle lo que le tenía que decir y lo más importante, convencerlo, en ese estado. Respiró profundo varias veces, una y otra vez. Sintiendo sus pulmones fallar al intentar exhalar el aire recolectado.

La mano de Josh acarició sus piernas naturalmente, el alfa miraba al omega preocupado, Niall parecía una bomba a punto de estallar. Con su leve tacto trató de calmar las ansias internas del rubio, quien, sentado en su silla de ruedas, tomó la mano de Josh sobre sus paralizadas piernas y entrelazó sus dedos.

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