Kyungsoo adoptó un gato color negro. Lo llamó Jongin, era un nombre simplemente genial, según él. El felino era muy travieso, tiraba cosas, saltaba por todo el departamento, le daban esos impulsos de atacar a Kyungsoo mientras caminaba y clavar sus garras en la pierna baja. Pero así y todo Kyungsoo lo amaba. Esa criatura había llenado su vida con algo que jamás había tenido, el sentirse acompañado. Incluso dormían juntos ya que Jongin, siempre lo seguía a donde vaya y, si alguna vez su dueño le cerraba la puerta, maullaba hasta que el otro desistiera para que lo deje entrar con él.
Una noche, perdido en sus pensamientos acompañado de su felino con collar rojo, estirado y durmiendo plácidamente sobre su estómago, Kyungsoo se preguntó cómo se sentiría aquello... Deseando que aquel felino fuera un humano. El calor que le brindaba el pequeño no era suficiente,quería más. Si fuera un chico normal, con brazos y piernas humanas podría abrazarlo por completo.
Con aquel deseo concilió su sueño. Cuando despertó, lo hizo sobre el suelo.
Se había caído de la cama y no se había dado cuenta. La razón no importaba, eso no calmaba sus doloridos huesos al minuto de levantarse. Volvió sobre su amado y cómodo colchón d, cuando reparó de que había semejante bulto ocupando todo este. Sus ojos parecían que se caerían en cualquier momento por lo abiertos que estaban de la sorpresa. Fácilmente, notó la bronceada piel, el cabello despeinado y negro... Y estaba solo cubierto por sus frazadas blancas, parecía no tener ropa, no tenia nada puesto.
El pánico recorrió por todo el cuerpo de Kyungsoo, ¿quién era este extraño y por qué estaba en su cama? ¿O acaso de sonámbulo, trajo un chico a su casa?
¡AHHHH! - Comenzó a gritar como un bobo, quedándose estático en el mismo lugar, mirándolo. El cuerpo intruso comenzaba a removerse sobre las frazadas. Sin mencionar, el chico poseía un rostro hermoso, sus ojos penetrantes y sus labios simplemente besables, dejaban a cualquiera sin aire.
- ¿Hyung? - Preguntó y abrió sus ojos al instante, cómo si se hubiera percatado de que algo estaba mal, fue entonces que se retractó. - D-digo... ¿nya? (maullaba)
Kyungsoo ahora estaba más confundido que nunca, este hombre, chico, lo que sea, le maulló.
Ante la mirada confusa aún plasmada en el rostro del mayor, el extraño chico se revisó para ver si había algo mal en él. Fue cuando se dio cuenta de que estaba ocupando toda la cama de su dueño de ojos grandes. Luego, descubrió sus dos manos, sus piernas, su cuerpo sexy mirándose debajo de las sabanas y comenzó a sonreír como un niño pequeño.
- ¡¿Quién eres tú?! -Irrumpió el más pequeño mientras sus hombros no dejaban de temblar del miedo ante aquel presunto pervertido, nudista, descansando en su cama y divirtiéndose con lo que veía en su cuerpo.
-Soy yo, ¡hyung! ¡¡¡Soy Jongin!!! - Fueron las exactas palabras contrarias. Kyungsoo estaba perdido, no sabía qué hacer. Le estaban jugando una broma, estaba seguro. Por lo que empezó a girar en su cuarto en busca de cámaras mientras un divertido (y desnudo, gracias a dios enredado en sus frazadas), sexy loco rodaba en su cama.
- ¡¡¡HYUNG!!! ¡¡¡SIEMPRE QUISE SER CAPAZ DE HABLARTE!!! - Ahora estaba gritando y Kyungsoo tuvo que resistir a la idea de ir por una escoba para echarlo a palos. No era que no quería hacerlo..., si no, qué pensarían sus vecinos de él si ven a un joven como dios lo trajo, con collar rojo salir corriendo de su departamento. Eso saldría hasta en los noticiosos estaba seguro. Mientras se quitaba las gotas frías de sudor de su frente, se percató de algo en el otro chico de lo que no había hecho antes.
Collar rojo.
- ¿Jongin? - Llamó al chico que no dejaba de rodar y reír felizmente. Este, al escuchar su nombre ser llamado de esos hermosos labios, se sentó en la cama obedientemente y le respondió con una gran sonrisa - ¡Me reconociste Hyung! Te dije que soy yo.
Qué extraño todo. Realmente algo fuera de lo real y lo común, increíble y Kyungsoo no tenía palabras para explicar todo aquello.
No podía creer algo así tan fácilmente, probablemente era un loco violador, psicópata, que se hizo pasar por su gato. Pero algo muy dentro de él le decía que no, con esa sonrisa y esa mirada tan inocente..., ¿a quién iba a violar ese chico? A pesar de que era considerablemente más grande que Kyungsoo... Su actitud y su forma de actuar eran como la de un niño. Además que no dejaba de repetir "Hyung" y eso hacía que un extraño calor creciera en su pecho, el mismo que le daba su gato cuando dormía con él, o tal vez con un poco más de intensidad.
-J-Jongin-ah... - Dudoso, estiró su mano para acariciar la cabeza del chico, solo quería asegurarse de que era él por la manera en que reaccione. Y así fue, igual que su felino, este chico de piel bronceada estaba con los párpados cerrados, una satisfecha sonrisa y moviendo su cabeza para recibir más mimos, un poco más y ronroneaba pero no, ya que esa no era una habilidad que los humanos poseyeran.
O eso creyó.
Porque estaba precisamente ronroneando bajo las caricias que su mano brindaba.
Fue entonces que recordó que lo había deseado la noche anterior.
No podía creerlo pero si, parecía ser real, un milagro, se preguntaba si aquello era un sueño demasiado vivido. En ese trance, dos brazos atraparon su cintura y ahora estaba bajo el cuerpo de su mascota, confirmando sus sospechas. Aquel calor y sentimiento eran más que reales. Sus mejillas se enrojecieron al instante, ¿qué creía que hacía?, pensaba Kyungsoo.
El chico-gato dejó caer su peso muerto sobre él, abrazándolo y ocultando su cabeza justo en el hueco de su cuello. - Dormimos así?
Kyungsoo solo asintió sumisamente, el calor lo estaba ahogando, todo era repentino. Pero no era capaz de negarse.
Jongin, un humano-gato completamente desnudo encima suyo respirando justo sobre la piel de su cuello, haciendo que le dé cosquillas... Si definitivamente era su gato.
Dejó que el sueño lo domine una vez más, abrazando a su mascota humana fuertemente sin querer que se le escape, deseando que se quede así porque se sentía mucho más confortable.
ESTÁS LEYENDO
Minino Kai ©
FanfictionKyungsoo vive solo, acababa de adoptar un gato. Su soledad era un constante problema. Un día deseó que aquel felino fuera el humano que lo acompañase.