uno

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Cada mañana tenia la suerte de verla, ella era tan hermosa, tan radiante...tan perfecta en pocas palabras.

Como una persona podía tener aquella enfermedad tan desastrosa. Cada día que pasaba su piel perdía color, su cabello se caía pero su sonrisa no se iba. Admiraba mucho como cada minuto del día estaba sonriendo y no llorando como cualquiera lo haría al saber que en algún momento ya no vería mas la luz del día sino que una infinita  oscuridad por la eternidad, ella era fuerte, muy fuerte.

Tal vez sea uno de las miles de razones por la cual me enamoré de ella.

cáncerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora