ocho

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Días mas tarde.. .

Los días que pasaron han sido geniales al lado de mi precioso ángel. Su cabello se ha estado callendo cada vez pero eso no le quita lo hermosa que se sigue viendo. Su piel se ha puesto un poco mas pálida de lo que habitualmente la tiene, se que esto se debe al cáncer pero aún así me preocupó mucho...no quiero que le llegué a pasar algo.

—¿Como te sientes?

Su mirada lo dice todo, no esta bien.

—Estoy bien.—sonríe.

—Ángel...—le llamó la atención. Sabe que no me gusta que me mienta, lo sabe muy bien.—si te sientes mal solo dímelo, no me mientas.—informé, bajo la mirada triste. Levantó su mentón conectando nuestros ojos y le doy un leve beso en los labios.

Una pequeña sonrisa se ha formado.

—Me gusta cuando haces eso.—un brillo en sus ojos se asoma, ahora soy yo el que sonríe.—te quiero muchísimo Jackson, gracias por estar conmigo.

Niego sonriendo.

—Gracias a ti por desde un principio no irte cuando fui a hablarte.

Aún pienso que hubiera pasado si no hubiera tomado el valor para ir a hablarle o ella se hubiera ido, sin duda nada de lo que pasamos habría sucedido.

—Oye...te acuerdas que una vez me preguntaste que estaba dibujando y yo te dije que no lo podías ver.—asenti recordando, vaya día.—era esto.—debajo de su camilla saco su cuadernillo y comenzó a buscar hasta que le dio la vuelta.

Era yo.

Ea muy impresionante, era muy igual a mi, no le faltaba nada ni un solo pelo ni nada. Las cejas, ojos, cabello, todo era igual.

—Yo, yo también hice algo.—fui a mi habitación que solo estaba a unas cuantas de la suya y abrí el cajón donde guardaba mi dibujo.

Regresé de nuevo a su habitación y se lo mostré. Me lo quito de las manos y comenzó a escanearlo. Con las clases que tuvimos llegue a progresar mucho tanto que la dibuje, me sentía orgulloso de mi trabajo.

—Esto...esto es muy hermoso Calum.

—Lo sé, porque tu estas allí lo hace hací.—sus mejillas tomaron color y me tiró un pequeño golpe.

—Basta.

—Pero si es verdad ángel, eres la más hermosa mortal que he visto.

—Me vas a hacer golpearte otra vez.—solté una carcajada.

—Te quiero mucho ángel.

—Yo te quiero mucho más.

Me hizo un espacio en su camilla y me senté a su lado, se acurrucó en mi pecho cerrando sus ojos. A los segundos ya no vi nada, el sueño me invadió por completo.

[...]

—Ángel...—se removió incómoda pero no me hizo caso.—hey dormilona, tienes que comer algo, llevas mucho tiempo dormida y sin meter nada a la boca.

—No tengo hambre ahora, dejame dormir un poco más.

—Dormirás un poco cuando hallas comido algo, tienes que comer es muy importante.—con el pequeño frasco en mi mano hable esperando que me hiciera caso, se quitó el edredón y se quedó mirando el techo un momento. Después de unos segundos lanzó un resoplido y se sentó en la cama.

—Ok, ya estoy despierta.—se cruzó de brazos molesta.

—¿No te apetece comer gelatina de uva?.—canturreo. Sus ojos se iluminaron y le entregué el frasco.

—Si me hubieras dicho que me ibas ibas a dar esto ya me hubiera levantado hace media hora.—rodé los ojos divertido mientras ella comía.

—¿Tu ya comiste algo?

Asenti dándole la razón.

—Hace media hora que comí.—traté de hacer burlar con lo que anteriormente había dicho.

—ja ja.

A los minutos ya se lo había terminado.

—Quiero otro.—sus labios estaban morados, me reí tomando otro frasco de la mesita.

—Algo me dijo que ibas a querer más.—le hice burla.

[...]

A la mañana siguiente fui a su habitación y pasamos toda la tarde juntos.

Ahora estábamos conversando sobre un tema aleatorio.

Saqué un cepillo de un cajón y comencé a cepillarlo por su melena. Cada vez que lo hacía podía ver como su cabello se iba quedando en el cepillo.Ella se dio cuenta de ello y lágrimas salieron de sus ojos.

Cogió el peine y lo estampó contra la pared con furia, lágrimas corrían por sus mejillas sin parar.

—Angel, no...

—¡Déjame en paz Jackson, soy una maldita chica con cáncer que algún día se morirá y nadie se acordará de ella!.—se tapó completa con el edredón haciéndose una bolita.

Mi corazón se rompió ante sus palabras, lágrimas se asomaban queriendo salir. No esperé un minuto más y la abracé con todas mis fuerzas.

—Angel, mi bello ángel. Nunca te voy a dejar ¿entendiste?, no te voy a perder porque eres muy especial para mi, te quiero tal y como eres aunque tengas esta enfermedad porque yo...yo te amo.—mis lágrimas salieron sin permiso alguno. Sus palabras me dolieron como un infierno, si a ella le pasará algo nunca me lo perdonaría.

Retiró el edredón dejándome ver su rostro cubierto de lágrimas. Tomó mi rostro entre sus manos y unió sus labios con los míos haciendo que cierre mis ojos involuntariamente, tomé sus caderas pegándola más a mi. No sabia como describir esto, yo la amaba, la amaba mas que a nada.

Amaba sus labios, amaba su risa, amaba su sonrojo, amaba sus ojos, amaba su linda sonrisa, amaba cuando fruncía su ceño, amaba su manera de ser, amaba sus defectos, todo.

Sus labios se separaron de los míos juntando nuestras frentes, su respiración trataba de estabilizarse como la mía. Se acostó en mi pecho escondiendo su rostro.

—Te quiero tanto Jackson.—la abracé más fuerte y dejé que durmiera. Yo estaría acá para ella, para siempre a su lado.

cáncerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora