cinco

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Aun sigo sin creerme que hablamos. Fue muy agradable su compañía, no me sentía para nada incómodo aunque había algo en ella que aspirasen confianza muy rápido. Miré el reloj que tenía en mi habitación dando las 10:00am.

Faltaba 2 horas aún para poder verla.

Cogí una barrita de cereal que tenía guardado por si me daba hambre, y si que tenía, la comida de acá no me llena lo suficiente como yo quisiera. Me tumbe de nuevo en mi cama y puse la alarma para poder despertarme. No me apetece hacer nada y mejor será dormir para pasar el rato.

[...]

Me removí incómodo en el nada cómodo “colchón” ya perdiendo el sueño que segundos atrás conseguí. Salí de la cama y apagué la alarma que hace unas horas había puesto en marcha. Miré el reloj que daban las 11:56 y salí corriendo al baño, me moje el rostro para quitar el sueño que aún tenía y no se me vea la cara de recién levantado. Tengo que bajar ya, mi ángel debe de estar por venir. Cogí mis zapatillas y me las puse de uno en uno atando los cordones.

Salí trotando escaleras abajo a la vez que abrí la puerta de un tirón y dirigí mi mirada al pequeño jardín, no estaba. Busqué por todos lados sin encontrarla, una cabellera café bajaba las escaleras con unos cuadernillos, pinceles, colores entre otras cosas más de pintura. Me acerqué y al estar frente a frente me mostró una pequeña sonrisa.

—Hola Jackson.

—Hola, ¿te puedo ayudar?.—señale sus cuadernos, asintió y me los entregó.

Pusimos las cosas en una mesa que había en el jardín y nos sentamos.

—¿Preparado?

—Sip.

—Bueno empecemos.—abrió uno de los cuadernillos y me entregó un lápiz juntó con una goma de borrar.—primero empezarás haciendo trazos de líneas, rectas y curvadas, esos serán tus primeros trazos.

Asentí y comencé ha hacer lo que me dijo, al terminar lo revisó y asintió en forma de que lo había hecho bien.

—No esta mal, ahora vas a dibujar un pequeño dibujo que imprimí.—rebuscó entre su cuadernillo por segunda vez y sacó una pequeña hoja. Me la entregó y la observé viendo el dibujo, no estaba tan difícil.

Minutos mas tarde, después de varios borrones, de hechar a perder 2 hojas y de haber dejado el lápiz a la mitad de tanto tajarlo había terminado.

Ella estaba atenta observando cada detalle, hizo una pequeña mueca y se levantó posicionándose detrás mío chocando mi espalda con su pecho, tomo mi mano con la suya moviéndola a través de la hoja  corrigiendo algunas cosas de mi dibujo.

Mi corazón de por si estaba latiendo violentamente, tenerla tan cerca mío me estaba haciendo sentirme nervioso, su cabello caía un poco por mis hombros con un ligero olor a frambuesa fresca. Ella estaba tan concentrada y yo no podía evitar mirarla, era tan hermosa.

Después de unos segundos su mano ya no hacia contacto con la mía, el dibujo había quedado genial aunque una pequeña sensación de disgusto por no seguir en contacto sentí. Tenerla tan cerca mío me daba tantas emociones.

—Mejor.—exclamó feliz viendo el resultado.

Me había gustado bastante como quedo.

—Oh aquí estabas.—apareció un doctor canoso dirigiéndose hacia mi ángel, esperó que no se la lleve.—necesito que vallas arriba para tus controles.—le explicó a lo que ella asintió comprendiendo.

Agarro sus cosas y se despidió dándome un beso en la mejilla, me entregó unos hojas con unos dibujos impresos.

—La clase de mañana quiero ver uno de ellos hecho.—sonreí asintiendo. Me dio una última mirada y fue al lado del doctor que la esperaba.

Desaparecieron los dos por los pasillos del hospital ya no podiendo verlos más.

Creo que ya no me lavaré esta parte derecha de la mejilla.

cáncerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora